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¿Cómo dar la ubicación de la Tierra a extraterrestres?

Por Cosmonoticias @Cosmo_Noticias
¿Cómo dar la ubicación de la Tierra a extraterrestres?

Fotografía de la Tierra obtenida el 4 de septiembre de 2019 con ciclones visibles en el hemisferio norte. Crédito: NASA Earth Observatory/Joshua Stevens; NOAA.

El universo es inconcebiblemente grande y abrumadoramente antiguo. Dado todo este tiempo y espacio, parece probable que en algún lugar, en algún momento, surgiera otra chispa de inteligencia. Pero si hay seres inteligentes en algún otro lugar, ¿cómo podríamos desde la Tierra conectarnos con ellos y, asumiendo que nos gustaría ser amigos, cómo les diríamos dónde se encuentra nuestro planeta?

Hay varias técnicas que los científicos podrían usar para enviar direcciones a extraterrestres muy lejanos, pero más importante, los investigadores tendrían que determinar una manera de enviar un mapa galáctico legible a nuestros invitados, lo cual es un problema complicado.

“Si intentas decirle a alguien dónde estás, necesitas tener algunas referencias comunes, ¿verdad? Referencias idealmente fijas”, dice Héctor Socas-Navarro, astrofísico del Instituto de Astrofísica de Canarias (España). “Pero nada está fijo en la galaxia”. Las estrellas y los planetas están en constante cambio, moviéndose unos alrededor de otros en un lento vals cósmico. Pero incluso dentro de nuestra galaxia en constante cambio, los científicos han ideado algunas formas de transmitir nuestra ubicación para cualquier otro que esté allí fuera.

La radiación electromagnética históricamente ha sido la opción número uno para transmitir información acerca de la Tierra hacia el cosmos. Modulando sutilmente la frecuencia de una onda electromagnética, los científicos pueden enviar mensajes complejos en simple código binario. Y dado que las ondas electromagnéticas son direccionales, cualquier ser inteligente que intercepte dicha señal podría simplemente rastrearla hasta la Tierra.

De todos los tipos diferentes de ondas electromagnéticas, las ondas de radio son generalmente las escogidas para tales comunicaciones. Esto se debe a que la frecuencia de las ondas de radio llena un espacio conveniente en el espectro electromagnético, apodado como “pozo de agua”. En esta frecuencia –entre los 1.420 y 1.720 megahercios– el hidrógeno y las moléculas de hidroxilo (formadas por un átomo de oxígeno y uno de hidrógeno), los dos componentes del agua, actúan como una especie de “insonorizador”, absorbiendo las vibraciones más bajas y más altas y dejando el canal relativamente libre de ruido de ruido de fondo cósmico. Las frecuencias sobre y bajo el pozo de agua son más “ruidosas” porque están llenas de vibraciones cuánticas y radiación del Big Bang.

En el pasado, los científicos han usado las ondas para intentar comunicarse con extraterrestres. En 1974, los investigadores transmitieron un mensaje en frecuencia de radio desde el telescopio de Arecibo en Puerto Rico hacia el cúmulo estelar M13, a unos 21.000 años luz de distancia. El mensaje fue un pictograma binario simple que contenía una representación de una molécula de ADN, nuestro Sistema Solar y una figura humana, entre otras cosas, según el Instituto SETI. Desde entonces, numerosos mensajes de radio han sido enviados al espacio, incluyendo la señal “Across the Universe” de la NASA en 2008, que consistía en su totalidad en la canción de The Beatles.

Sin embargo, un potencial problema con las ondas de radio es que se difractan o se ensanchan a medida que viajan, muy similar a una onda que se expande en el agua. Eso implica que se pueden volver demasiado difusas para contener cualquier mensaje discernible en el momento en que llegan a una galaxia lejana. Para un mensaje más dirigido, deberíamos transmitir usando luz visible (láser).

Un mensaje dirigido hecho con un láser polarizado, o luz cuyas vibraciones ocurren en un plano único, tiene el potencial de viajar mucho más lejos que una señal de radio sin degradarse. Pero, dado que las ondas ópticas son señales más compactas, son muy estrechas. Los científicos necesitarían usar una increíble precisión al enviarlas. En otras palabras, necesitaríamos saber dónde está la otra civilización antes de enviar la señal láser.

Algunos científicos han adoptado un enfoque diferente para la comunicación interestelar, uno más similar a un “mensaje en una botella”, dijo Socas-Navarro. La más famosa es la placa dorada que los astrofísicos Carl Sagan y Frank Drake colocaron en las sondas Pioneer 10 y Pioneer 11, lanzadas en 1972 y 1973 respectivamente. Estas placas contienen dos figuras humanas –un hombre y una mujer– así como también un mapa que señala el camino al Sistema Solar usando una serie de 14 puntos de referencia cósmicos: púlsares.

¿Cómo dar la ubicación de la Tierra a extraterrestres?

Placa instalada en las sondas Pioneer, que indica la ubicación de la Tierra y muestra figuras humandas a una posible civilización que interceptara la sonda. Crédito: NASA.

Los púlsares (fuentes de radio pulsantes) son objetos extremadamente densos, remanentes en rotación de estrellas de neutrones muertas que emiten radiación electromagnética desde sus polos. A medida que giran, estas emisiones parecen “pulsar” o parpadear, como un faro. Debido a que los púlsares representan un punto similar a un metrónomo en la galaxia, son extremadamente útiles para la navegación. De hecho la NASA planea usar púlsares como una especie de GPS cósmico en futuras misiones tripuladas en el espacio profundo. Al medir los cambios ligeros en la llegada de cada pulso de tres o más púlsares, una nave puede triangular su posición en la galaxia. En las placas de las Pioneer, cada púlsar está marcado con una línea que indica su distancia a la Tierra, así como una serie de marcas para indicar qué tan rápido gira.

No obstante, los púlsares son direccionales; sus destellos no son visibles desde todos los ángulos. Entonces si una civilización extraterrestre recogiera la placa de una Pioneer y la leyera como un mapa, tendrían que averiguar lo que vemos en caso de que pasen por alto algún púlsar. Cuando diseñaron la placa, Sagan y Drake estaban seguros de que cualquier civilización suficientemente avanzada para encontrar y capturar la Pioneer tendría un conocimiento bastante profundo de los púlsares para leerla.

Pero la placa de la Pioneer no es solo un mensaje en una botella, sino también una cápsula del tiempo. Las marcas en el mapa de púlsares indica la velocidad de rotación de cada púlsar desde un punto de vista terrestre en 1972. En varios cientos de millones de años, algunos de ellos podrían no seguir girando. Podría pasar mucho más tiempo que eso para que una civilización extraterrestre encuentre la sonda, pero mucho menos en viajar a la Tierra.

Así que aunque haya innumerables formas en que los humanos podrían dar la dirección de nuestro planeta a los extraterrestres, otro ingrediente clave en la búsqueda es la paciencia.

Fuente: Space.com


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