el mundo que se empecina cuchilla.
El éxodo impertérrito de la nieve.
Contra
el concepto de contacto humano
con la sutilidad del kamikaze de autopista.
Contra
el delito asumible de tus alas cóncavas en la espalda.
Contra la pared sobre tus ganas.
Contra
El remanente de palabras abortadas
para los tiempos de sequía venidera.
Contra
los revolucionarios de sillón orejero.Los poetas desconocedores del barro.
Contra
la sinceridad como artimaña que fuerza.
Los dirigentes teledirigidos digeridos.
Contra
el poder por defecto y en exceso.
El obrero que estrecha la mano que da de comer sin morder.
Contra
el océano cuando no es océano sino frontera
parca teñida de éxodo sangre cobalto.
Contra
los resquicios de luz que acompasanmis pasos de madrugada.
Contra
la sinceridad endémica en el reflejo
de los escaparates.
Contra
todos, todo, contra mí mismo ante todo.