“Cualquier cosa es susceptible de mejorar con mantequilla o mayonesa”

Dulce como la mantequilla, ácida como la manzana y salada como una gilda. Ana Vega es una bilbaína que, haciendo gala de sus orígenes, es una apasionada por la cocina y la gastronomía, y, en concreto, por todo aquello que lleva mantequilla. Confiesa que hace viajes a la nevera “con nocturnidad y alevosía” y que tiene especial debilidad por todo aquello que lleve azúcar. En su blog, “Biscayenne (para glotones irredentos)” muestra con todo detalle y una imagen muy cuidada sus creaciones dulces, pero también habla de series, películas, libros, Bilbao… siempre desde un punto de vista muy “cocinista”. Tampoco tiene despercidio su Índice de vicios, en el que seguro muchos nos podríamos ver representados.

¿Qué no puede faltar en tu cocina?

Hay muchas cosas que tengo siempre en cantidades ingentes, sobre todo mantequilla. Normal, salada, con mayor o menor porcentaje de grasa, ecológica, bla blá… Cualquier cosa es susceptible de mejorar con mantequilla o mayonesa.

Hemos leído en tu blog: “Los utensilios están para ayudar, no para limitar”. En esto de cocinar, ¿tampoco el hábito hace al monje?

Para nada. Creo que hay mucha gente que se complica en exceso, haciendo recetas muy difíciles y llamativas, o se compra todo el kit de la Barbie cocinitas profesional, y luego no sabe freír bien un huevo con puntilla.

¿Qué prepararías ante una visita inesperada?

No me suele pasar porque no soporto las cosas inesperadas: lo más probable es que les mandara a freír gárgaras, y a malas, serviría un clásico de las meriendas-cenas como son los huevos con chorizo de mi pueblo y patatas.

De la larga lista del “Índice de vicios”, ¿podrías elegir uno?

Como prueba de mi pasión por la mantequilla, la kouign amann. Una receta bretona bastante desconocida por estos lares que es un absoluto placer. Por el lado romántico y chovinista, elegiría también un clásico de Bilbao que me ha dado mucha suerte, el bollo de mantequilla. Y toma más grasa…

¿Te han conquistado por el estómago?

No, en mi caso soy yo quien conquisto gracias a los fogones. Eso sí, que me hagan el desayuno o la cena me enamora completamente.

¿Una canción para cocinar?

Básicamente cualquiera. Lo mismo me pongo un disco concreto que la radio y escucho lo que me echen. Soy muy fan de bailar y cantar mientras guiso.

¿Disfrutar y engordar van unidos?

En verano no, el resto del año son para mí dos conceptos irremisiblemente unidos. Cualquier comida decente alimenta y por ende engorda si no te pones límites

¿Qué recomendarías comer a alguien que visite Bilbao por primera vez?

Una gilda y unas rabas el domingo por la mañana, son lo más clásico y la viva estampa del bilbainismo, fuera de modas y moderneces.

¿Con quién te gustaría compartir mesa?

Como yo soy tan antigua, con mis dos damas viejunas preferidas, Maritxu la marquesa de Parabere y Julia Child. Dos señoras de armas tomar que si hubiesen coincidido en el espacio tiempo se hubieran llevado de maravilla.

¿A qué país viajarías para probar su gastronomía?

A Grecia, Israel, Líbano… me pirra la comida de Oriente Medio y el Mediterráneo.

Mójate… Recomienda un blog y una cuenta de Twitter.

No es exactamente un blog, pero me gusta mucho la columna de Bee Wilson (autora de “La importancia del tenedor”) en The Telegraph. En Twitter, Anna Mayer, que soy muy fan.

¿Un restaurante que nunca olvidarás?

Por razones sentimentales y raíces familiares, siempre vuelvo a La Gitana (León).

Mantequilla de colores. Si, como Ana, sois amantes de este ingrediente, os recomendamos una línea de “buttercream“ de colores: naranja, amarillo, negro, azul, verde y verde-azulado, con la que dar un toque creativo a vuestros platos