Cuando el inquilino se marcha.

Todo casero vive con una preocupación constante. Cada vez que ves el número de tu inquilino en el teléfono te da un vuelco el corazón, aunque luego te relajas cuando escuchas que sólo es para decirte que ha llegado una carta a tu nombre. Pero al final siempre pasa lo inevitable, el inquilino llama para decir que se marcha.

Así es, queridos lectores, hace escasos minutos he recibido un mensaje de mi inquilina. El mensaje inevitable.

Por motivos laborales dejará el piso el mes que viene. He de decir que ha sido una de las mejores inquilinas que he tenido. Pago puntual y pocas llamadas para pedir algo o quejarse.

He de decir que yo tampoco soy un mal casero y algo tendrá que ver. Antes de que entrara, como siempre, se revisó al completo el inmueble y se dejo impecable.

Y he estado atento a cualquier necesidad que ha tenido. Es mi filosofía como casero.

Un inquilino de largo plazo.

Me encanta que el alquiler sea un ingreso pasivo.

Sí, ya lo sé, algunos dicen que los ingresos pasivos son una utopía. Recibir una renta sin tener que esforzarse no es algo del todo real. Siempre hay que trabajar, poner horas en ello. Pero me refiero a que se a lo más parecido al concepto ideal de ingreso pasivo.

Cuando se trata de alquilar un inmueble, lo mejor es que el inquilino se quede durante mucho tiempo, años a ser posible, ya que el mayor esfuerzo hay que hacerlo cuando un inquilino abandona el piso y tienes que buscar a otro que lo sustituya para mantener .

Es en estos momentos cuando toca dar el callo para que todo vuelva a la normalidad.

Por eso, mi intención es que el inquilino se sienta a gusto y permanezca en la vivienda el mayor tiempo posible. Un piso cuidado, diligencia a la hora de resolver una avería o una reparación, y respeto, son condiciones básicas.

Las perdidas están en el cambio de inquilino.

No sólo es trabajo, la mayor parte de los gastos se produce cuando un inquilino se marcha y hay que preparar el piso para el siguiente:

• Limpieza en profundidad.
• Pintura de paredes y techos según su estado.
• Sustituir lo que esté gastado o anticuado.
• Contratar a  la agencia inmobiliaria.

Todos estos gastos reducen la rentabilidad del alquiler y conviene evitarlos. Para ello lo mejor es que el inquilino se quede durante un periodo de tiempo prolongado.

Pero una vez que tienes que buscar un nuevo inquilino, conviene que el proceso sea lo más rápido posible. Acuerda con el inquilino el día de salida y pídele que te facilite las visitas al piso con inquilinos potenciales, para poder alquilarlo de nuevo cuanto antes.

No te olvides de nada.

Para que no te saltes ningún paso, revisa la siguiente lista:

• Revisar conjuntamente con el arrendatario el piso frente a posibles desperfectos.
• Firmar la finalización del contrato y la entrega de llaves.
• Gestionar la devolución de la fianza.
• Ajustar el pago de los suministros, agua y electricidad, correspondientes al periodo.

No olvides cerrar estos puntos antes de que el inquilino se vaya, así evitarás tener que localizarlo de nuevo o tener malentendidos.

Y tú, ¿que opinas? ¿Has tenido un cambio de inquilino recientemente? ¿Cuál es tu filosofía como casero?

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