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Cuba: de vuelta y vuelta (I)

Publicado el 04 noviembre 2013 por Alberto Yoan @albertoyoan
Madrid, 13 de diciembre 2012, 09:30 AM (hora española) A estas horas ya debería estar en el avión destino La Habana, con escala en Caracas, pero qué era esperar un momento más cuando llevaba casi dos años sin ver mi Cuba, mi familia, mi gente. La ansiedad puede mucho y no veía el momento de atravesar el Atlántico para sentir el olor al Mar Caribe, el abrazo de mis hermanos y el cariño de mis padres. Estaba ansioso por palpar de primera mano el cambio que una y otra vez anunciaban en los medios de comunicación. ¿Será verdad o sólo eran medidas momentáneas para girar “ilusoriamente” el timón de mi Caimán Verde? Quedaba poco y no me lo creía. La Habana Cuba
Caracas, 13 de diciembre 2012, 03:26 PM (hora venezolana)“Corre que se te va… el avión”. No lo podía creer, el vuelo llevaba más de tres horas de retraso y la espera en Caracas, se convirtió en un corre-corre, como si fuéramos a coger una guagua en pleno Vedado. Pero no, era un avión de la aerolínea venezolana CONVIASA y acabábamos de atravesar el Atlántico. No tuve tiempo ni de respirar, de una caja metálica a otra, con más dudas en la cabeza que tranquilidad ¿llegaría el equipaje? ¿En serio esto está pasando? La única certeza era que lo barato sí sale caro y pese a que con CONVIASA me ahorré unos 400 euros, la próxima vez me plantearía muy bien si vale la pena o no, volar en tanto low-cost. A lo mejor algún día ir de un continente a otro no sale tan recaro, casi unos mil euros. Lo más importante, ya quedaba menos para llegar a Cuba.  autos antiguos La Habana Cuba
La Habana, 13 de diciembre 2012, 08:00 PM (hora cubana) “Buenas noches, al saludarlos estamos iniciando la emisión estelar del Noticiero de la Televisión Cubana…”, el presentador Rafael Serrano me daba la bienvenida a mi tierra luego de casi 14 horas de vuelo. La alegría era inmensa, el miedo también: el mal sabor de boca que se han llevado cientos de cubanos al encontrarse en plena frontera con “vigilantes” que aprovechan cualquier instante para pedir dinero o cualquier otra cosa, estaba presente. Con ese sino de quienes han cruzado la frontera cubana y le tienen terror a la llamada ADUANA, sólo fui con una maleta pequeña y un bolso de mano, para no levantar sospechas de sobrepeso. Una de mis acompañantes en cambio, llevaba dos maletas enormes, de las llamadas “gusanos”, repletas, además de otros dos maletines de mano. Algunos vuelven con de todo para su familiares y amigos, y es precisamente ahí donde te miran con cara de “vienes cargado, mi hermano”. Tal vez pudiera entender que la necesidad lleve a esta gente a pedir desde sus regios uniformes, pero no dejaba de chocarme la mala imagen que daban de Cuba a los extranjeros y quienes venimos de otro país. Los mitos populares en Cuba ponen a quienes vivimos fuera del país como reyes, millonarios, adinerados y sí se tiene un poco más, pero lo justo para pagar las cuentas y enviar una ayudita a nuestra familia. Casi llego a la puerta de salida de la terminal, nadie me dice nada, no me revisan, estoy en la calle y veo detrás de una valla a mi familia. Los de ADUANA no me dijeron ni pío, se me ha caído un mito y llega la verdadera bienvenida. ¡Qué ganas de verlos!

+ Fotos en el álbum Mi Habana, mi Cuba en Flickr

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