Revista Cultura y Ocio

«Cuentos», de Antón P. Chéjov

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

♦Selección y traducción de Víctor Gallego Ballestero♦

« Ningún escritor ha ofrecido hasta ahora
un retrato de Rusia semejante al de Chéjov»


«Cuentos», de Antón P. ChéjovEn las primeras paginas de la introducción Víctor Gallego nos cuenta que preparar una antología de los cuentos de Chéjov no es tarea fácil, ya que la edición completa de sus obras ocupa dieciocho generosos volúmenes de los cuales, amén de las obras de teatro, la parte del león corresponde a relatos de mayor o menor longitud y, en menor medida, a un puñado de novelas cortas; solo en el prolífico año de 1886, el de su madurez definitiva, cubre dos amplios volúmenes pues la producción de Cuentos escritos por Chéjov es inmensa, sólo en el ‘corpus’ del autor se recogen 574 cuentos. La presente edición de Alba recoge 62 cuentos.
Hay que reconocer que es una antología amplia y representativa en la que figuran relatos muy conocidos junto con otro que rara vez se han traducido, como La noche de Pascua, Un trotamundos, Por casualidad, En el carro, En deportación, Campesinos o Ariadna —según los especialistas en la obra de Chéjov una de sus creaciones más perfectas—. rff
La selección de Víctor Gallego incluye completo el tríptico El hombre enfundado, Las grosellas y Del amor, que el escritor concibió como una unidad y rara vez se publican juntos. Pero como para gustos, los colores, es posible que la selección, que para mí es fantástica, no convenza a todos los lectores.

Los cuentos incluidos son de lo más variados, por tema, ambiente, orientación y carácter, así como el propio lenguaje, unas veces encumbrado, otras popular, según sean los personajes, como en la maravillosa noche con luna descrita en Vérochka. En los cuentos, por lo general, dominan dos sentimientos o ideas nada tranquilizadores: la inevitabilidad de la muerte y el carácter único de la vida. En cualquier caso, esos dos rasgos sobresalientes no bastan para definir el universo de Chéjov. Delicados, sutiles y melancólicos unas veces, ásperos, turbios y hasta violentos otras, y siempre profundos, complejos, llenos de alusiones e imágenes simbólicas, sus cuentos dejan una vaga sensación de tristeza y a la vez de inefable felicidad.

Nabokov definía al héroe chejoviano como «un hombre bueno incapaz de hacer el bien», que «combina la más profunda decencia de que es capaz el ser humano con una incapacidad casi ridícula para poner en práctica sus ideas y principios». Actos y decisiones que salvan una vida o una fortuna pero que acarrean sentimientos de desprecio por quien los lleva a cabo, cambios impredecibles e inexplicados que se producen en un tiempo relámpago pero que pueden determinar toda una vida, «un deseo indefinido» que al realizarse nunca alcanza la conciencia de satisfacción… Chéjov buscaba transmitir, reproducir la fluidez acaso sin rumbo de la vida, no sólo pintando estados de ánimo, sino siendo capaz de crearlos en el lector. Tal vez sea éste el secreto que desde el principio ambicionaron sus contemporáneos y luego sus seguidores, de Katharine Mansfield a Raymond Carver, y la razón de la vigencia de su estilo, aún hoy emulado.

Para la traducción se han utilizado las Obras Completas en dieciocho tomos publicados en Moscú por la editorial Nauka en 1983-1988.

El autor:«Cuentos», de Antón P. Chéjov
Antón Pávlovich Chéjov nació en Taganrog, a orillas del mar de Azov, en el sur de Rusia, en 1860. Hijo de un modesto comerciante, antiguo siervo que había conseguido comprar su libertad, hizo sus primeros estudios en su ciudad natal. En 1879 ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Moscú. Desde el primer curso empezó a publicar «cuadros humorísticos» en revistas, con los que conseguía mantener a toda su familia (su padre, endeudado, su madre y sus hermanos habían tenido que trasladarse con él a Moscú), y pocos años después ya era un escritor profesional reconocido.
1888 fue un año clave en su carrera: publicó su novela corta La estepa (ALBA CLÁSICA núm. LIII, junto con En el barranco), escribió su primera obra teatral, Ivanov, y recibió el premio Pushkin. En 1890 viajó a la isla de Sajalín, «con la intención de escribir un libro sobre nuestra colonia penal», que aparecería al año siguiente con el título de La isla de Sajalín (ALBA CLÁSICA MAIOR núm. XXVI). En 1896 estrenó La gaviota y en 1899 Tío Vania (1899) a las que seguirían Tres hermanas (1901) y El jardín de los cerezos (1904) (todas ellas publicadas en ARTES ESCÉNICAS OBRAS). Maestro del relato corto, algunas de sus obras más importantes se encuentran en ese género, en el que ha ejercido una influencia que aún hoy sigue vigente. Alba Editorial ha publicado una extensa antología de sus Cuentos (ALBA CLÁSICA MAIOR núm. XXI) y un volumen con Cinco novelas cortas (ALBA CLÁSICA MAIOR núm. XLI), así como dos selecciones de textos teóricos a cargo de Piero Brunello, Sin trama y sin final: 99 consejos para escritores (ALBA CLÁSICA núm. LXXVI) y Unos buenos zapatos y un cuaderno de apuntes: Cómo hacer un reportaje (ALBA CLÁSICA núm. LXXVII). Chéjov murió en Badenweiller en 1904.

El libro:
Cuentos ha sido publicado por la Editorial Alba en su Colección Alba Minus, Clásicos. Selección y traducción de Víctor Gallego Ballestero. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 880 páginas.


Para saber más:
Antón Chéjov en Wikipedia.

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