Cuentos pequeñitos de un alma sabia

Nuestro trato con la mayoría de productos culturales se basa en el consumo, pocas veces tenemos la suerte de conocer el proceso, la experiencia, la inspiración, el alma que hay detrás de un libro, de una ilustración, de un cortometraje, de una escultura. Yo sí he tenido la suerte de ser testigo en varios proyectos de la ilusión de los creadores y su esfuerzo hasta el que el resultado llega a sus manos. Es una gozada conocer tantas personas que, con humildad, sacan lo mejor de sí mismas y se lo entregan a los demás, sin campañas de márquetin ni ayuda económica de ningún tipo. Sus proyectos suelen ser los que viven en las estanterías más apartadas de las librerías, por no pertenecer a las redes editoriales y de distribución más poderosas. Pero aún así, a veces brillan tanto que es imposible no descubrirlas. Hace unos años conocí a Nieves Ferragut, en un Festival Índice, en el que quienes habían sido seleccionados se reunían con editoriales para postularse con sus publicaciones. Ambas conocimos el fracaso, pero mantuvimos interesantes conversaciones, que se han repetido cuando hemos podido encontrarnos y las dos tuvimos muy claro que los proyectos saldrían, aunque el camino fuera más largo y difícil.

Nieves Ferragut lo ha conseguido. Ha controlado cada uno de los elementos del proceso de publicación y ha creado Lo que mi alma habla. Cuentos pequeñitos, con textos e ilustraciones propias. Es un libro que aparenta delgadez, pero que, en cuanto empiezas a leerlo, te lleva a horas de reflexión, a recuerdos, a pensar en ese círculo precioso que surge de la vida y la muerte. Con ilustraciones simbólicas, que casan a la perfección con unas historias, en las que todos podemos encontrar raíces y destinos comunes. En realidad, estos cuentos no son pequeños, pero es cierto que el alma de Nieves habla en ellos, y con la sabiduría de quien ha dedicado mucho tiempo a mirar tanto fuera como dentro. Me consta que el libro del que les hablo lo pueden encontrar en varias librerías tinerfeñas, porque su propia autora se encarga de distribuirlos.

Ferragut formó parte de la primera banda punk femenina de Canarias, con el nada políticamente correcto nombre de Chute de Esperma, en los años 80, una formación que ofreció seis conciertos, que consiguió rápido un grupo de seguidores fieles y que también sufrió zancadillas. Poco antes de nacer esta banda, de trayectoria breve pero que dejó una huella que todavía se puede ver en canales como youtube, Silvia, Luzan, Ele, María y Nieves realizaron un fanzine, en 1985, para dar a conocer a las bandas punk del momento y como forma de transgresión, con una ilusión y anarquía que provoca, en estos días tan somnolientos, mucha envidia. Dicen que, de este fanzine, titulado Páginas Anarkillas, puede quedar algún ejemplar en la Librería de Mujeres de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife.