Revista Insólito

Dar un cuarto al pregonero

Publicado el 25 agosto 2015 por Monpalentina @FFroi
Dar un cuarto al pregonero Pregonar algo para su venta o por encargo de alguien. ||| Mejor si se calla.
Con el tiempo muchas historias dan un giro. Como hijo de padres comerciantes que vendían sus productos por los pueblos, yo recuerdo a Germán,   a quien se le conocía por aquellas tierras como el "cacharrero". Llamaba la atención su voz de trueno que traspasaba las paredes tan anchas de las casas anunciando sus productos a buen precio.
Quienes lo han estudiado aseguran que esta figura ya existía en la Edad Media y que se dividían en tres clases:
1-los oficiales, al servicio de la Administración;
2-los heraldos, al servicio de los nobles, cuya misión era ir por delante anunciando su llegada;
3-los pregoneros o voceadores como Germán.
Curiosamente, al inicio de la actividad los pregoneros cobraban por aquello un cuarto, moneda de cobre que equivalía a cuatro maravedíes, es decir, alrededor de tres céntimos de peseta, de manera que dar un cuarto al pregonero era abonarle lo estipulado entonces para que difundiese las noticias.
Con el correr del tiempo, tal vez cuando dejaron de cobrarse estos servicios, la frase cambió de sentido, utilizándose para reprobar lo que alguien iba contando y que, por alguna razón, venían a sugerirle que mejor estaba callado.
Dar un cuarto al pregonero

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