Revista Diario

De susto en susto...

Por Drajomeini @DoctoraJomeini

Mi padre debe tener las coronarias a prueba de bomba. A lo largo de su vida se ha llevado un montón de sustos, pero, a pesar de parársele el corazón, subírsele a la garganta y ponerse pálido como un muerto, no le pasa nada, oye. Él sigue ahí, fuerte como un roble. Recuerdo un susto de mis años infantiles: uno de los primeros que puso sus coronarias a prueba. Llovía a cántaros, así que mi hermano y yo decidimos jugar al escondite dentro de casa. Estaba escondida en lo más recóndito del armario de mis padres, cuando oigo la voz de mi madre avisando:- En los armarios, no vale.Así que abrí las puertas y me topé de bruces con los ojos desencajados de mi padre, a medio cambiarse de ropa, que miraba la puerta que se abría sola como si fuesen a salir del armario todos los demonios del infierno.Mi hermano, que (con todos los perdones a mi madre) es un poco hijo-puta para estas cosas, le escondió una vez a mis padres un loro-despertador en su dormitorio, que, a las seis de la mañana, los despertó chillando WAKE UP, WAKE UP a todo volumen. Si esa vez no le dio el infarto, no creo que ahora lo haga. Anoche, el encargado de poner a prueba las coronarias de mi padre fue el Terro. Se quedó a dormir en su casa  y a las cuatro de la mañana (hora crucial), el Terrorista se despertó porque tenía miedo. Él es así de simpático. No tiene miedo a las once o a las doce, sino a las cuatro, cuando tú estás en plena fase REM.- Aba - llamó (a mi madre). No sé para qué se molesta. Mi madre jamás se despierta. Es como mi santo. Sigue resoplando tan fresca. Es mi padre quien se levanta, suspirando, y lo tranquiliza. Cuando ya vio que mi hijo cogía posición de dormir, volvió a su cama. Apenas empezaba a conciliar el sueño cuando, de las profundidades de la noche, surgió una voz varonil:- Hasta el infinito y más allá.Decir que el corazón le salió del pecho, rebotó contra la puerta y llenó con su latido toda la habitación, como en el cuento de Poe, es decir poco. Al final, volvió a su estado inicial y mi padre, temblando, se levantó a investigar. La voz volvió a hablar:- El peligro siempre está presente en el sector gamma.Mi hijo dormía plácidamente encima de los botones de su muñeco de Buzz Lightyear.

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