Revista Cultura y Ocio

Desgracia. J. M. Coetzee

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Desgracia. J. M. Coetzee

     "El disfruta con la alegría de ella, una alegría sin afectación. Le sorprende que una hora y media por semana en compañía de una mujer le baste para sentirse feliz, a él, que antes creía necesitar una esposa, un hogar, un matrimonio. A fin de cuentas, sus necesidades resultan ser muy sencillas, livianas y pasajeras, como las de una mariposa. No hay emociones, o no hay ninguna salvo las más difíciles de adivinar: un bajo continuo de satisfacción, como el runrún del tráfico que arrulla al habitante de la ciudad hasta que se adormece, o como el silencio de la noche para los habitantes del campo."
     Creo que lo he comentado, pero lo repito. Me gusta descubrir autores que me fascinen y seguirlos la pista. Así me embarco con mayor o menor fortuna en títulos insospechados y muchas veces nombres impronunciables que pasan a formar parte de mis listas de éxitos o fracasos. Eso supone que de vez en cuando tengo que volver a una zona segura. Ese punto donde sabes que estás leyendo a un viejo conocido que sabes que no te defrauda. Mis fijos, los que hacen que disfrute de cada palabra. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual esta obra, hoy traigo Desgracia.
     Conocemos a David Lurie, un profesor varias veces divorciado que trabaja como profesor en una Universidad. Cuando se destapa su relación con una alumna opta por dejarlo todo e irse a una granja remota del Cabo junto a su hija Lucy. Lejos de ser un remanso de paz, sufren un ataque que les obligará a replantearse sus vidas mientras eligen la forma en la que sobrevivirán enfrentándose a la desgracia.
     Si algo caracteriza a este autor es la capacidad que tiene para conectar con el lector. Como consigue que un hombre que de entrada no nos agrada acabe estando a nuestro lado y nos sintamos solidarios incluso con él. Va desgranando la caída de este profesor desde las primeras páginas en que cambia de vida, y como puede caer aún más ante el asalto que sufre junto a su hija. Y entonces el libro se desdobla convirtiendo esta historia aparentemente simple en una especie de prisma que, al pasar la luz por el, nos deja ver los cambios que sufren las personas. Cambios de estado, la madurez, la indefensión en un país que también está cambiando y el distanciamiento con los hijos que ya han dejado de serlo para convertirse en iguales. A través de esta historia asistimos a una situación social contada sin buscar politizar el libro, pero que nos deja una huella igual que a sus protagonistas, y luchamos con ellos frente a la vergüenza, buscamos el punto de entendimiento en esta historia que busca la reflexión de Laurie. A partir de una decisión precipitada se va a ver enfrentado a sus ideas,  a sus formas, a los hechos, a ese análisis que ya conocemos suele practicar el autor de la mente de sus personajes.
     Es una historia dura que se antoja real y que me obligó a quedarme pegada a las páginas del libro hasta haberlo terminado. Es imposible permanecer impasible ante lo que nos relata y también lo es no preguntarse qué está pasando allí realmente y que posición tomar. Un libro que tiene mucho de soledad y que deja flotar un olor a culpa, dos sentimientos que pesan a cualquiera. Un imprescindible en mi biblioteca y que os recomiendo si aún no lo conocéis. De mis autores fijos.
     Como ya os he dicho, me gusta descubrir autores, así que hoy no os pregunto por títulos de libros sino por los autores a los que volvéis de forma periódica. Aquellos que ocupan un lugar de honor en vuestras listas de deseos o aquellos cuyas obras ya habéis exprimido y os dedicáis a releer.
     Gracias

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