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Diario de: preparación para competición – Parte X.

Publicado el 07 diciembre 2015 por Braisly @BraisLY

Ares Mérida - Competición

“A punto de competir”

Hola, chicas y chicos de Mentalidad Fitness. Hoy, ponemos punto y final a este decálogo “Diario de:” con la última entrega en la cual, trataremos a modo de conclusiones toda la preparación y haremos un breve resumen de todo lo acontecido y explicado en los post’s anteriores.

Conclusiones.

Las conclusiones que he sacado de esta preparación las vamos a dividir en varios bloques: alimentación, entrenamiento, descanso, estado físico, estado psicológico y opinión.

Alimentación.

Durante 10 semanas, he cambiado mi alimentación haciéndola mucho más restringida en cuanto a la variedad de alimentos y en cuanto a las cantidades.

  • Por un lado, la variedad se ha visto afectada porque renuncié a muchos alimentos que, anteriormente consumía. Entre ellos: pasta, arroces, cereales, patatas, batatas, frutas, frutos secos, yogures, lácteos, incluso al final, huevos. Como ya bien sabéis, la dieta que llevamos en un principio no continuó de la misma manera durante toda la preparación. Si bien, en un primer momento se permitían todo tipo de lácteos -desnatados, eso sí-, al final, fueron eliminados por completo. Así mismo, ocurrió con las carnes, las cuales acabaron reducidas a pollo; igual con las verduras a la cebolla; igual con el resto.
  • Y por otro, la cantidad. Al principio la cantidad de verduras era ilimitada. Come lo que puedas comer. Finalmente, eso pasó a ser un espejismo. Las cantidades de proteína en carne, pescados y huevos también fueron recortadas.

En consecuencia, la cantidad de calorías de la dieta pasó de ser 2300 diarias, aproximadamente a 1400 diarias de igual forma. El déficit que acompañó a esta dieta -como era de esperar- se volvió mayor y, por tanto, la pérdida de grasa y peso se acentuó.

Quiero hacer hincapié en otra cosa, también. Y  es que, aunque yo sigo dieta flexible durante el resto del año, no suelo comer demasiado mal durante el año. Digamos que, el 80% de mis comidas son a base de alimentos saludables y materias primas.

Ojo, no quiero decir con esto que, a mayor déficit, mayor pérdida. Porque esto es cierto dentro de los términos matemáticos que objetivizan la ciencia de la nutrición. Pero, las kcal no son el único factor que influye y que es determinante en la pérdida de peso y grasa corporal. No lo olvidéis.

Entrenamiento.

El entrenamiento evidentemente varió, aunque lo hizo de manera menos radical de donde veníamos.

Ciertamente, siempre he sido propenso a entrenar bastante fuerte cuando me encuentro en condiciones óptimas, y esta sensación -afortunadamente- la tengo durante el 85 – 90 % del año. Sólo cuando estoy tocado de la espalda, el codo, o tengo algún problema de salud o personal se ve alterado este factor.

Ya os puse en los post’s anteriores como eran estas variaciones en el ejercicio físico, etc. Podéis echarle un vistazo, si os apetece.

Descanso.

El descanso es algo que, con el paso del tiempo en la preparación empiezas a necesitar más incluso que comer. Nah, es broma. Comer siempre ha estado por delante. Pero, bromas aparte, hay que recalcar que al menos 5 días a la semana dormía 8 horas. Y eso, es sagrado. No se negocia. Necesitaba rendir en mi vida diaria y en mis entrenos. No hay más. Fundamental.

Estado físico.

Mi estado físico durante la preparación sufrió una serie de alteraciones, algunas positivas (la mayoría) y algunas negativas.

Al realizar ejercicio físico junto con dieta hipocalórica obtuve las siguientes consecuencias:

  1. Pérdida de peso.
  2. Pérdida de grasa.
  3. Entrenamiento de mejor calidad gracias a encontrar mi punto óptimo de estado de forma.
  4. Ganancia muscular.
  5. Mayor fuerza.
  6. Mayor resistencia.
  7. Menor fuerza.
  8. Menor resistencia.
  9. Pérdida de masa magra.

¿Por qué digo que gano y luego que pierdo? Pues sencillamente porque, una vez sobrepasé un cierto momento en el que me sentía al 100 %,  para continuar perdiendo peso y grasa, la consecuencia más inmediata fue esa: perder parte de la fuerza, resistencia y músculo que había ganado.

Estado psicológico.

Mi estado mental también osciló durante diferentes momentos de la preparación, alcanzando situaciones de euforia y estados semi-depresivos.

El ver cómo avanzaba y como mejoraba era música para mis oídos, gasolina para mi vida. A la vez, el sentirme con hambre, sin fuerzas, etc. hacían que me viniese abajo, que me viese más delgado y que me replantease si seguir o no.

Además, siempre estaban esos comentarios que no ayudan nada como: “te veo más delgado”, “estás enfermo, o qué”, “eso no debe ser bueno”, “y eso, para qué vale”, “pues yo prefiero disfrutar comiendo lo que me da la gana y tampoco estoy tan mal”, y un amplio repertorio de frases de aliento y ánimo a conseguir un objetivo PERSONAL.

Por último, quería hacer un balance y una opinión personal respecto a todo esto, ya que he podido vivirlo desde dentro.

Opinión personal.

Si no os apetece seguir leyendo, aquí os dejo la clave de qué es lo que voy a exponer a continuación: estilo de vida.

Y sí. Esto, afortunada y desgraciadamente, según se vea, es un estilo de vida.

¿No te planteas una vida en la que disfrutar entrenando? ¿Una vida en la que los bocados de placer son, en su mayoría de alimentos “simples”? ¿No te gusta el verde en la comida? ¿Necesitas ahogar tus comidas en una “piscina de aceite”? ¿Tienes miedo de quebrarte el hígado comiendo huevos suficientes, pero tienes los huevos suficientes para decirme que comerlos es malo mientras te bebes un litro de destilado de segundas marcas?

Entonces, amigo mío, esto no es lo tuyo. Disfruta tu tiempo con otra cosa.

En primer lugar, entrenar, alimentarse -repito, estilo de vida- es un continuo proceso de aprendizaje. Por tanto, es vida. La vida es continuo aprendizaje. Nunca dejamos de aprender. Nunca dejaremos de mejorar y poder mejorar nuestros entrenamientos y nuestra alimentación. Así que ya sabes, nunca es tarde para empezar, ni para continuar.

Y, si a esto le añadimos el descanso, al fin y al cabo, buscamos calidad de vida. Vivir lo que tengamos que vivir, pero siempre de la mejor manera posible. El objetivo de Don Antonio Carrasco, un gran compañero y amigo destroza récords de España absolutos tanto en culturismo como en powerlifting, a sus casi 73 años de edad.

¿Merece la pena el sacrificio que he hecho durante estas 10 semanas? Bueno, según se vea. Es más, podría decirte yo mismo, que sí y que no. Y, me explico. Merece la pena por el resultado y por la experiencia, sobretodo esto último. Pero, no en este pequeño espacio de tiempo, por las siguientes razones:

  • renuncia a vida social.
  • renuncia a alimentos de la noche a la mañana.
  • problemas psicológicos inherentes a la preparación tan agresiva.
  • problemas digestivos.
  • estado de ánimo bajo.
  • efecto rebote y descontrol postcompetición.

Por estas razones, es mucho más recomendable en mi opinión no hacer bestialidades en 10 semanas para recortar plazos que deben llevar su tiempo.

Las prisas, no son buenas consejeras.

A esto me refería con que el déficit a mayor, más pérdida de grasa, no es del todo cierto. Pues, sí pero ¿Y tu salud? ¿Y tu sistema hormonal? Cuídalos, y cuídate.

¿Cómo recomendaría hacer yo una dieta hipocalórica o una preparación para una competición?

Pues, básicamente con una planificación de entrenamiento, alimentación y descanso adaptados a la persona, a sus hábitos y costumbres y respetando la salud, siempre.

El tiempo de las dietas hipocalóricas, su dimensión y su volumen depende fundamentalmente de quien las realiza.

Desde aquí, digo NO a los déficits prologandos de 1 000 kcal diarias y sí a los déficits de 400 kcal. Ello, os llevará a estar equilibrados en mente y cuerpo, a estar sanos y a conseguir vuestros objetivos. Entonces, contad con la ayuda que necesitéis, de un nutricionista o un entrenador personal, que de confianza os asesore de cómo lograr vuestras metas y resultados.

Último vídeo.

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