Revista Vino

Diario (y cinco)

Por Jgomezp24
Cala Varques
18 de agosto. Sylvain Tesson La vida simple, a quien releo con constancia, sigue siendo fuente de inspiración. Expulso de mi cuerpo al filólogo que habita en él y no hablo de la traducción, a ratos incomprensible. Me quedo con alguna de sus reflexiones, aunque tenga que modificar su redacción (no en este caso, de aquí las comillas, p.117): "todo lo que queda de mi vida son las notas. Escribo un diario íntimo para luchar contra el olvido, para darle un suplemento a la memoria. Si uno no guarda registro de los hechos y gestos, para qué vivir. Las horas pasan, cada día se borra y la nada triunfa. El diario íntimo, operación comando emprendida contra el absurdo." Pregunta: ¿el diario íntimo tiene que permanecer en la intimidad? El de Tesson no, porque vive de la escritura. El mío, sí. Me lo voy a permitir.
19 de agosto. Natación en Cala Varques (foto superior). Sería una de las calas vírgenes (no hay cemento y sólo se puede acceder a pie o en barco) más bonitas de Mallorca si no fuera por: 1. Ya sale en todas las guías y hay mucha gente. Colapso de coches en los accesos y dos bares fantasma en las rocas y en la playa. 2. El último mohicano habita en sus bosques, de hecho una tribu entera...Algunos se han apropiado del espacio público y los rituales de seducción y apareamiento, de caza, de brujerías varias se suceden sin pausa. Los tambores van anunciando cada tanto una nueva función. 3. Hay una cala fantasma junto a Cala Varques, que aparece y desaparece cada año en función de las tormentas de invierno. Uno de los encantos era ir nadando hasta ella. Cuando me acercaba (nado a lo Leigh Fermor: me echo al mar y "pá fuera telarañas"), casi me vuelvo loco: ¡había desaparecido y no me daba cuenta! (Nota: tengo que comprarme unas gafas graduadas para el agua...veo menos que un calamar gigante a mil metros de profundidad...). Sòtil 2011 de Mesquida Mora 20 de agosto. Comemos mucho en casa. Me gusta ir a comprar al mercado, ver, oler, escoger, cocinar, comer mirando al cielo, beber vinos de Mallorca que me apetezca beber. E intentar descubrir cosas nuevas. No es sencillo: paso por las tiendas y todo me suena ya a bebido. He intentado entrar a fondo en los rosados y me llevo un montón de decepciones. (Barry White está sonando con fuerza en casa ahora mismo: ¡algo bueno he pegado a mi hijo pequeño!). No quiero ahondar en el tema pero no veo ninguna idea con sentido. Me faltan el rosado de Toni Gelabert (muy agotado: no tiene ni él en casa...) y el que ha empezado a producir Es Fangar (su yerno, Dani, en el trabajo de campo, y su hija, Xisca, como enóloga en bodega). Quizá el jueves pueda conocer Es Fangar in situ y en la finca. Ya os cuento. En ese cielo aparece de golpe Sòtil 2011 de Mesquida Mora. Había probado todo de esta bodega menos el Sòtil. Certificación ecológica y algunas prácticas biodinámicas. Callet y mantonegro, meses de madera de grano fino. Otro vino fresco y fácil de beber (13,5%). Cerezas y moras en la zarza, algo rústico y vegetal. Huele a tierra y a arcilla. Cárdeno y ligero. Suena más atlántico que el resto de vinos bebidos (con permiso de Château Paquita, de Efecte Vinari). El equilibrio de sabores es grande: flor del callet y rusticidad del mantonegro. Flor de violeta. Algo de madera, pero no molesta. Boj. Con las horas, cae un poco pero si se bebe ipso facto es un vino resultón e interesante. Algo caro...pagué 20€ por él.
P.122: "a la mujer que se ama habría que darle piedras, fósiles, gneis, cualquiera de esas cosas que duran eternamente y no se marchitan". P.138: "entre el deseo y la nostalgia, hay un punto que se llama presente". Nota: tengo que investigar los efectos de un buen vodka ruso sobre las sinapsis de mi cerebro. Tesson supo que su mujer había roto con él a orillas del lago Baikal, en una durísima primavera. Creyó morir de pena y sufrimiento, pero la tristeza pasó ("se va se va se fue", Drexler siempre en la cabeza) y él supo encontrar el camino de la redacción de sus notas. Algo tendrían que ver el vodka y el salmón en el asunto, digo yo. Este diario cada día interesa a menos gente, pero estoy contento: sé que quienes lo leen, lo disfrutan. No sé qué pensaría Tesson de una cerveza como Galatzó de Cas Cerveser, pero yo proclamo mi entusiasmo. Malta de cebada y de trigo, lúpulo, levaduras y agua. Sin filtrar ni pasteurizar. En Galilea (Serra de Tramuntana) y de forma por completo artesanal, con envase retornable (0,6€), el carbónico natural de esta cerveza, su sabor intenso, su color dorado, su suavidad y aromas vegetales, su espuma la hacen algo muy especial. Me confieso devoto: suena a estarse bebiendo "s'hora baixa" entera en una copa. Tesson se la tomaría en botella de 3L. Yo me conformo con los botellines de 33cl y 4,5%. Eso sí, me los tomaría por cajas.
La foto inferior muestra la puesta de sol desde esa Serra de Tramuntana (Selva). Una de las cosas bonitas de Mallorca es que el sol muere en el mar del tramonto. Coges el coche,  te desplazas hacia el este y ves salir el mismo sol por el mar de levante. Tonto, diréis, claro, por eso es una isla...Pero yo no hablaba de islas. Hablaba de poesía. De Catulo, que tampoco me quito de la cabeza en esta isla porque, hace ya más de dos mil años, nos explicó cómo el sol, cada día igual, cada día distinto, puede nacer y morir mil veces...Lo importante es que por muy breve que sea la luz que se nos otorgue (la vida), la vivamos tan intensamente como si se tratara de una noche eterna. O eso entendí yo...Serán Mallorca y la cercanía de la luna llena (mañana, por hoy) que me producen un efecto raro. Sin vodka. Todavía.
L'Empire des Lumières 3

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