Revista Educación

Dopesick, adictos por prescripción médica

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Dopesick, adictos por prescripción médica

La miniserie Dopesick, disponible en Disney+, retrata la crisis de consumo de opiáceos en EE.UU. tras la creación y comercialización del fármaco Oxycontin por parte de la farmacéutica Purdue Pharma. Esta farmacéutica, propiedad de la familia Sackler, una de las más ricas del país y famosos por su relación con el mundo del arte (salas de museos llevan su nombre) realizó una agresiva campaña comercial en la que utilizaron mentiras y datos falsos sobre la capacidad adictiva del medicamento, lo que acabó con miles de personas adictas al fármaco y llevó a que drogodependientes atracaran farmacias para robar el medicamento, susceptible de ser esnifado o incluso inyectado.

La miniserie, magnífica y desoladora, cuenta cómo un fiscal de Virginia intenta llevar a la farmacéutica y a los Sackler a los tribunales, encontrándose frente a todo el poder de las farmacéuticas, los ricos y sus relaciones con todos los estamentos políticos y judiciales del Estado; desde ese punto de vista muestra de forma demoledora la degradación de una política que antepone los intereses empresariales a los de la ciudadanía y lo perverso de las puertas giratorias por las cuales gente cuya labor es vigilar a esas empresas acaben trabajando para ellas en un conflicto de intereses tan claro como permitido (solo miremos a gente como Felipe González y su sillón en consejos de administración de Gas natural, y tantos otros), producto del neoliberalismo en el que nos hemos sumido desde comienzos de los años 80 del pasado siglo y que, por fin, comienza a verse de forma clara lo que ha conllevado: individualismo, falta de empatía, desmantelamiento de lo público y del Estado del bienestar, desigualdad...

Y, por otro lado, la ficción se convierte en un estudio sobre la relación que tenemos (creo que aún más los estadounidenses) con el dolor; sobre cómo huimos del dolor atiborrándonos de drogas, aunque eso nos cueste la salud, algo que contrasta con la visión del dolor de la religión cristiana como algo deseable y necesario para pasar a una vida mejor, religión que también aparece de forma tangencial en la miniserie. Una huida hacia adelante para evitar el sufrimiento que tal vez nos quite algo de nuestra propia humanidad. Como dice un personaje en un capítulo, "el dolor solo es dolor. Y forma parte de nuestra vida". Hagamos lo posible por mitigarlo, pero no escuchemos a esa gente, rica y poderosa, que nos prefiere dormidos, anestesiados, enganchados a productos que nos enferman para poder vendernos más con la ilusión de que nos están curando. No es una crítica a la ciencia ni a la medicina, sino a las empresas, políticos y millonarios que se lucran a costa de nuestra salud. Una miniserie imprescindible.


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