El ansia

Me puede el ansia
de beberte hasta que contamines mi sangre
con tu luz inmortal.
Me puede el ansia
de vernos languidecer pálidos exhaustos
contra el alba demiurga.
Me consume el ansia
soy una momia decrépita inmóvil en tu ausencia.
Me devora el ansia
que susurra a mi lengua la nostalgia del ataúd aúreo
entre tus piernas.
Me pierde el ansia
de contemplar la fascinación pálida que ejerces en mi boca.
Me puede el ansia
de caminar a tu lado degollando vivos murientes.
Me invade el ansia
de libar de tus pechos el tiempo que se derrama y detiene.
Me puede el ansia
de ti convirtiéndome en alguien infinitamente mejorado.