Revista Educación

El foco, en ellos

Por Siempreenmedio @Siempreblog
El foco, en ellos

Desde hace unos días, a raíz de la brutal violación de una adolescente en Igualada, no paro de ver y oír comentarios entorno a lo que puede o no puede hacer una niña de 16 años y la responsabilidad de sus padres sobre ello. Todo ese aluvión de comentarios, opiniones y barbaridades vuelve a poner en el punto de mira a la víctima y su entorno, y no a quienes realmente son culpables del hecho en sí.

Es absolutamente indignante y nauseabundo oír y leer frases cómo ¿qué hacía una adolescente de 16 años sola? Pues hacía lo que cualquier otra persona de esa edad, lo que hemos hecho todos y todas: salir y divertirse, vivir. Estoy segura de que esa pregunta nunca hubiera surgido si se tratara de un chico. Ellos sí pueden, nosotras no.

Y mientras esa frase se sigue pronunciando, la criminalidad en España baja -a finales de septiembre el mínimo de los últimos años- y las violaciones denunciadas aumentan nada más y nada menos que un 30,6 % y los delitos contra la libertad e indemnidad sexual un 27 %.

Basta ya de culpabilizar a las víctimas mujeres y su entorno, el problema no es que una adolescente de 16 años saliera de fiesta, el problema es que hay hombres que comenten actos atroces amparados en un sistema que lleva mucho tiempo sin poner el foco en ellos, en su barbarie, en su indignidad, en su misoginia, en su falta de educación, en un patriarcado que sigue perpetuando esos asquerosos comportamientos. Esta sociedad sigue cosificando a las mujeres, tratándolas como objetos y culpabilizándolas de los comportamientos atroces de otros.

No me atrevo a hablar sobre el tipo de castigo que se merecen esas personas porque lo haría desde las entrañas, pero lo que sí tengo claro es que si no ponemos el foco en lo abominables que son esos comportamientos y quienes lo comenten, no conseguiremos erradicar nada.

Cada vez que alguien pronuncia la frase qué hacía una mujer..., retrocedemos millones de pasos. Por qué tengo yo que vestirme de una manera, salir a correr por sitios determinados y a determinadas horas, llevar el teléfono o las llaves en la mano cuando vuelvo de fiesta, oír las palabras "ten cuidado" cuando saco a mi perro antes de las seis de la mañana para poder llegar al trabajo.

Yo no tengo 16 años, soy una mujer de 47 años que sigue asfixiada porque falta educación, concienciación y que, de una vez por todas, señalemos a los verdaderos culpables de todos esos comportamientos inhumanos. Sí, en las violencias machistas los culpables son quienes las cometen, los monstruos son quienes las cometen y da igual que la mujer vaya desnuda por la calle o tapada hasta las cejas. Al revés, no ocurre.

¡Queda tanto por hacer! Es necesario fortalecer una educación adecuada, abordar las masculinidades y que los hombres aborden estos problemas que les atañen como colectivo. Mientras tanto, pongamos el foco donde debe estar.


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