Revista Cultura y Ocio

“El gran secreto de Leonardo da Vinci”, de Lynn Picknett y Clive Prince

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Como el genio del renacimiento fabricó la Sábana Santa»

“Una persona que afirmaba pertenecer a la misma sociedad secreta que el maestro nos señaló que solo podía ser obra de Leonardo da Vinci. Ante lo que, en primera instancia, nos manifestamos escépticos. Sin embargo, tras una intensa búsqueda —y obviando las frustrantes ocasiones en que nos hallamos en vía muerta—, descubrimos que nuestro informante estaba en lo cierto. ¡La falsificación más famosa del mundo resultaba ser el Leonardo menos conocido!”.    [Introducción. Pág. 18]

“El gran secreto de Leonardo da Vinci”, de Lynn Picknett y Clive Prince

Cubierta de: ‘El gran secreto de Leonardo da Vinci’

Lynn Picknett y Clive Prince no son nuevos en estas investigaciones pues en 1994 publicaron Turin Shroud, que en 1996 la editorial Martínez Roca publicó con el título El enigma de la Sábana Santa y que fue el comienzo de su carrera como escritores a cuatro manos. Desde entonces la historia y la tecnología han evolucionado considerablemente y  en esta nueva edición, El gran secreto de Leonardo da Vinci incluye la información más reciente y las —según ellos— pruebas determinantes de la relación entre Leonardo y el sudario de Turín.

En octubre de 1986, el papa Juan Pablo II aprobó la realización de pruebas de datación de la Sábana Santa a la que concurrieron tres laboratorios: la Universidad de Arizona (Tucson), el Oxford Research Institute y el Swiss Federal Institute of Technology de Zúrich. El secretismo típico de la Iglesia rodeó la toma de muestras. Pese a que oficialmente fijaron la fecha en el 23 de abril de 1988, se aprovechó la presencia del presidente de la República Italiana en Turín y evitaron la expectación de la prensa cambiando el evento al 21 de abril a las cuatro de la madrugada sin previo aviso. Estaban presentes los presidentes de cada uno de los laboratorios, incluido Teddy Hall, y la operación fue supervisada por Michael Tite, del British Museum Research Laboratory.
Cortaron un fragmento de unos 25 cm2 de uno de los extremos, del que se extrajeron tres muestras que fueron selladas en contenedores especiales y, junto a unas muestras de control, entregadas a cada uno de los representantes de los laboratorios. Asimismo, se realizó una grabación en vídeo de todo el proceso.
Los resultados de la prueba del carbono se hicieron públicos el 13 de octubre de 1988, aunque ya se habían «filtrado» previamente. La determinación del carbono probó con un 99,9 por ciento de certeza que el sudario se remonta al periodo entre el año 1000 y el 1500, y con un 95 por ciento de certeza que la tela era de entre el 1260 y el 1390.

«La Sábana Santa de Turín era falsa.»

El falsario tenía que ser alguien con dones espectaculares, y cuyo método en este caso era único y tan avanzado a su tiempo que sigue guardando secretos para los especialistas en arte y los científicos. Tenía que ser una figura innovadora, alguien que viera más allá de la metodología obvia y convencional. Así como un investigador realmente experimentado, que hubiera comprobado de primera mano cómo funcionaba el método de la crucifixión, por ejemplo. Por la misma razón, el falsificador debía poseer conocimientos directos de anatomía.
Leonardo es el candidato perfecto, acaso también el único, al título de creador del sudario. Pierre Barbet intentó demostrar lo improbable que resultaba que la imagen fuera obra de un hombre y detalló los atributos que hubiera debido reunir este con las siguientes palabras: «Si es obra de un falsificador, tuvo que ser un anatomista, fisiólogo y artista excelente, de una genialidad tan difícil de mejorar que tuvo que estar hecho a medida».

“El gran secreto de Leonardo da Vinci”, de Lynn Picknett y Clive Prince

Pruebas realizadas por los autores

Lynn Picknett y Clive Prince emprendieron una ardua labor de investigación e intentaron reproducir todas las características del sudario de Turín, usando los procedimientos químicos y los instrumentos con los que hubiera contado Leonardo en su época. Manos a la obra, con más entusiasmo que pericia al comienzo, lograron conseguirlo; ¡lo tenían! A pesar de lo específico de sus experimentos y su condición de amateurs absolutos, los resultados obtenidos fueron complacientes: probablemente, no fueron los primeros en reproducir una imagen del sudario en tela usando procesos básicos de fotografía, pero sí fueron los primeros en copiar todas y cada una de sus características.
Algunas de sus conclusiones originales han ido experimentando matices y modificaciones fruto de las subsecuentes búsquedas en áreas más esotéricas, como la red de sociedades secretas heréticas, que incluye a los caballeros templarios, así como algunas formas de francmasonería ocultista.
El propósito de la investigación era mostrar que la alquimia proveyó a Leonardo de los medios. Tal vez, sin embargo, sus medios y sus motivos eran inseparables. Quizás la alquimia no solo le proporcionó los conocimientos con los que fabricar una falsificación ingeniosa e intrépida —cuya falsedad, en definitiva, no pudiera ser detectada en su tiempo—, sino que también pudo ponerle en contacto con una red amplia y secreta de mentes heréticas como la suya.
¿Existen pruebas positivas de que se produjera una sustitución alrededor del año crucial de 1492? Obviamente, cuando se trata de analizar una conspiración en la que pudo estar implicada gente de altísimo nivel, resultaría de lo más improbable que hubiera sobrevivido alguna prueba documental directa —y, evidentemente, no de dominio público—, aunque las hubiera en la época.
Si ocurrió en algún momento, los primeros años de la década de 1490 son el periodo de tiempo más probable en que pudo darse el cambio del sudario. El año 1464 es significativo porque fue entonces cuando los religiosos realizaron los primeros alegatos sobre la autenticidad de la tela. Antes, todo cuanto el sudario había cosechado era un ligero interés y mucha hostilidad. La nueva reivindicación fue obra de un franciscano, Francesco della Rovere —quien posteriormente ascendió hasta convertirse en el papa Sixto IV—, aunque nada certifica que tuviera jamás la ocasión de ver el sudario. En el tratado ‘La sangre de Cristo’ solo menciona brevemente la reliquia, pero dado que su supuesta autenticidad corroboraba sus argumentos teológicos, abrazó la causa entusiasmado. No obstante, el papel que desempeñó en el cambio de suerte del sudario revela indicios de lo más significativos. Se estaba fraguando una conspiración.

A día de hoy, las investigaciones sobre el sudario no cesan. A los autores de este volumen, el destino les puso en sus manos la primera prueba concreta que vinculaba a Leonardo con el sudario turinés. Lo más increíble es que esa prueba llevaba ante sus ojos más de una década hasta que tuvieron conciencia de ella…

“Este libro representa el inicio de lo que para los autores
fue toda una aventura”.

El libro se complementa con una amplia bibliografía y un práctico Indicé analítico.

Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.

“El gran secreto de Leonardo da Vinci”, de Lynn Picknett y Clive Prince

Con Clive Prince

Los autores:
Clive Prince es un escritor inglés de temática ocultista, conocido por libros como Descifrando el Código Da Vinci (2004).
Lynn Picknett es escritora especializada en fenómenos paranormales, lo sobrenatural, los misterios religiosos e históricos, las teorías conspirativas y la pseudohisotria. Ambos escritores británicos han colaborado en una serie de investigaciones de las que han nacido varios bestsellers, entre ellos El enigma de la Sábana Santa y La revelación de los templarios, un libro que el propio Dan Brown reconoció que había sido una de las principales fuentes de inspiración para su novela El código Da Vinci.
Son autores de El universo prohibido. Los orígenes ocultos de la ciencia moderna, también publicado por Ediciones Luciérnaga en su Colección Ocultura.

“El gran secreto de Leonardo da Vinci”, de Lynn Picknett y Clive Prince

Lynn Picknet y Clive Prince

El libro:
El gran secreto de Leonardo da Vinci (título original: Turin Shroud: In Whose Image?, 2006) ha sido publicado por Ediciones Luciérnaga en su Colección Ocultura. Traducción de Núria Pujol Valls. Encuadernado en tapa dura sin sobrecubierta, tiene 373 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un vídeo en inglés titulado: Turin Shroud: The New Evidence (Shroud of Turin) | History Documentary | Reel Truth History.


Para saber más:
http://www.picknettprince.com/


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