'El niño criminal y fragmentos'

DE CUANDO JEAN GENET FUE NIÑO

Autor: Jean Genet

Colección: La mujer cíclope

Páginas: 93

ISBN: 978-84-93714505

Año: 2009

Editorial: Errata Naturae

PVP: 10,90 €.

La maldad no es juego, mucho menos en estos tiempos en los que ser malvados, que no malos, sale tan barato. Tampoco es un juego que la vida se devalúe si los apellidos no tienen alcurnia, no vienen de antiguo. A veces, el devenir de los acontecimientos marcan nuestros actos posteriores.

La maldad en Jean Genet no fue un juego y su apellido valía tan poco que fue abandonado a los siete meses. Ese devenir marcó lo que, más tarde sería toda su trayectoria vital.

El escritor francés anduvo de reformatorio, en reformatorio, de cárcel, en cárcel, hasta que Sartre y Cocteau mediaron ante el Presidente de la República, mediante carta escrita al periódico Combat para que conmutara las penas que aún tenía pendientes y que podrían haberlo llevado a no salir nunca más de las celdas francesas.

El libro que traemos hasta Letratlantica presenta dos textos cortos: El niño criminal y Fragmentos. Ambos textos nos muestran una literatura radicalmente nueva.

El niño criminal, nos dibuja los paisajes que le fueron naturales a Genet. Un paisaje plagado de asesinos, ladrones, prostitutas/os y homosexuales, todo narrado con un lenguaje ágil y grácil, porque fue escrito para el espacio radiofónico “Carta blanca”, de la Radio Nacional Francesa, aunque jamás llegó a emitirse porque fue censurado.

El niño criminal se publicó en 1948 encabezado con estas palabras de Genet: “El discurso que van a leer fue escrito para ser oído. Sin embargo lo publico, aunque sin esperanzas de que lo lean aquéllos a quienes amo.”

Fragmentos se publica en 1954, después de que Genet sufriera dos fuertes reveses: la “traición” de Jean Paul Sartre, que publicó San Genet, comediante y mártir en 1952 y el de Decimo un prostituto que fue el gran amor del francés y que le despreciaba y cuyo abandono le lleva a intentar suicidarse.

Los textos breves que Errata Naturae presenta, son perfecto reflejo de la crisis en la que Genet vivió durante toda su vida. Dos textos que se despojan del argumento y se sumergen en una realidad doliente que marca al escritor a fuego con el miedo y la culpabilidad por su homosexualidad. También muestran un profundo desprecio por una sociedad burguesa que le ha convertido en uno de los suyos, luchando por que el “escritor maldito” se pasee por las fiestas más importantes. Pero, lo que Genet siente hacia ellos se refleja perfectamente en la conversación que mantuvo con Bertrand Poirot-Delpech:

-G: Creo que cuando muera, aún sentiré cólera hacia vosotros.

-B.P.D.: ¿Y odio?

-G: No, espero que no, no os lo merecéis.