Revista Cocina

El orégano: pasado y presente de una lamiacea

Por Mamucer @MarinaMunozC

hierba aromática

- Marina Muñoz Cervera -

Continuando con las hierbas aromáticas pertenecientes a la familia Lamiaceae, que comprende diversos géneros de plantas que contienen aceites esenciales, vamos a conocer al orégano.

Es una conocida especia culinaria muy utilizada en platos italianos, pizza, espagueti, etc., aunque también se emplea en otros países, para aderezar variadas hortalizas.

Taxonómicamente pertenece al género “Origanum” y la especie del orégano común es “vulgare”. Está incluida, botánicamente,  en la familia “Lamiaceae” (1).

El término “Origanum” deriva de la palabra griega “óros” (montaña) y de la raíz griega “gan”, presente en verbos como “ganáo”, “ganóo” y “gánimay” que significan brillar, destellar o estallar de júbilo y alegría. Significa, por tanto, “alegría de las montañas”, de ahí el dicho popular “no todo el monte es orégano”, para indicar que en las cosas no todo es fácil, agradable y productivo (2).

La planta recibe popularmente los nombres de mejorana silvestre y orenga (1). Según cuenta la leyenda, fue Afrodita, diosa griega del amor, la primera en cultivar esta planta y dotarla del aroma que posee (3).

Pedanio Dioscórides, médico de la Antigua Grecia (40-90 d.C.),  decía lo siguiente sobre el orégano: “de todas las especies de orégano solamente en los nombres difieren, teniendo todos una mesma virtud y fuerza, visto que cualquiera de ellas calienta y deseca en grado tercero y ansí, resuelve, adelgaza, corta y digere potentisimo. Tiene tan capital odio a la berza el orégano, y oféndela en tanta manera, que luego si se planta cerca della, la seca” (4).

Hoy día, se utiliza sobre todo como digestivo y tónico, entre otros muchos usos (4). El orégano tiene capacidad antimicrobiana y antioxidante, cualidad no solo utilizada por la medicina natural en los empleos de su aceite esencial, sino también por la tecnología alimentaria ya que puede favorecer la inocuidad y estabilidad de los alimentos (5).

El orégano seco destaca por ser un excelente nutriente, contiene mucho calcio (1576 mg por 100 gramos), potasio (1669 por cada 100 gramos), magnesio, fósforo y en menor cantidad, hierro, zinc, sodio, selenio, cobre y manganeso (6).

También nos proporciona vitaminas, ácido fólico (274 microgramos por 100 gramos), vitamina A (690 microgramos por 100 gramos), vitamina K (622 microgramos por 100 gramos), B1, B2, B6, E, C, niacina y equivalentes carotenoides (6).

Tiene un alto contenido en almidones (17,5 gramos en 100 gramos) y muy pocos azúcares simples (4,1 gramos en 100 gramos, del tipo, glucosa, sacarosa, fructosa y galactosa); su contenido en grasas es sobre todo del tipo poliinsaturadas (6).

Nos aporta  42,8 gramos de fibra y 11 gramos por 100 gramos de hojas secas de proteínas (6).

Como vemos no solo da sabor y adorna los platos sino que también nos enriquece, nutricionalmente hablando.

Y, para terminar esta entrada, solo comentaros que si del romero se dice que con sus virtudes se puede escribir un libro entero, sobre el orégano podríamos decir lo mismo, no obstante, su aceite esencial es potente y hay que ser cautos con su uso, una buena información es imprescindible, antes de utilizarlo de forma terapeútica.


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