El precio de la novia

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Su ajuar comenzó en 1985 cuando, con 10 años, su abuela le regaló un saquito de pan de ganchillo forrado, a juego con dos quemadores. “Toma, hija, para tu dote. Por si ya no estoy cuando te cases”. No entendió nada. Años después, su madre desarrolló un extraño Diógenes del menaje. Y todos aquellos enseres se iban acumulando aquí y allá, cogiendo polvo encima de su armario ropero y, cada noche, aquella forma imposible la miraba desafiante como los monstruos infantiles.

Lo que ella recuerda como una anécdota -las luchas para impedir que se bordara inicial alguna en las sábanas ni se cosiera puntilla a las toallas-  en otros países, no es ninguna tontería. En la India, Bangladesh o Pakistán, la contribución a la economía familiar por parte de los padres de la novia es alta. Es decir, aunque esta práctica se abolió oficialmente en 1961, la familia de la novia debe PAGAR mucho dinerito a un señor para que éste acepte a su nueva esposa. En cambio, en el continente africano, es el novio el que “compra” -compensa, dice- a los padres por arrancar a la niña de su lado. Pero esto es un resquicio del pasado, le dirán. Pues no.

Foto: Bride Price

De hecho, en Nigeria se acaba de lanzar una aplicación móvil, Bride Price, que calcula el precio de la chica. En una semana ha superado los dos millones de descargas. También en Estados Unidos y Reino Unido. Para valorar a una mujer, se tiene en cuenta el color de su piel –mejor cuanto más clara, si tiene o no marcas tribales en la cara, el blanco de su dentadura, si tiene piernas a lo Beyoncé, si frecuenta clubes nocturnos o si sabe cocinar más allá de un huevo cocido. En cuanto, a la formación académica, puntúan más los estudios primarios que un doctorado.

Como la curiosidad mató al gato, hizo el test. Al cambio- 144,500.00 NGN-, su valor es cercano a 685.000 euros. Los creadores de la App dicen que todo es una broma. La risa será ver a su madre como ganadera ¿Qué va a hacer la mujer con tantas reses?