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El regreso de las cintas malditas

Publicado el 26 junio 2013 por Javier Parra González @xavipargon
V/H/S/2 (Simon Barrett, Jason Eisner, Gregg Hale, Eduardo Sánchez, Timo Tjahjanto & Adam Wingard, 2013)
El regreso de las cintas malditas
Cuando el cine de terror volvió a sorprender en 2012 con la aparición de V/H/S, la antología contada siguiendo los esquemas de los films de found footage (metraje encontrado) cuyo éxito activaría los engranajes que iniciarían la maquinaria que nos traería, un año después, su secuela. El dicho de que segundas partes nunca fueron buenas no es, como puede asegurar cualquier fan incondicional del cine de género, aplicable al terror. Es más, las secuelas forman parte fundamental del universo fantástico, nutriéndolo y ampliando su cosmología hasta límites insospechados. Para todo aficionado al pastiche sanguinolento, desfiles sobrenaturales, situaciones bizarras y experiencias ultrasensoriales, la premisa de que más es más viene como anillo al dedo para un público no por ello menos exigente (tampoco tienen que tomarnos por imbéciles dispuestos a ver cualquier mierda) pero si agradecido ante un abanico de ofertas tan amplio como variado.En esta continuación las reglas son las mismas: una historia principal en la que una serie de cintas VHS que albergan contenidos altamente extraños y estremecedores formaran el conjunto de las cuatro historias auto-conclusivas que completen el film. Lo bueno, si breve, dos veces bueno (hoy estoy refranero, como podéis comprobar), y qué mejor ejemplo que este. La historia principal, dirigida por Simon Barrett (guionista de la historia principal de la anterior V/H/S y de alguno de los segmentos de The ABC’s of Death), se inicia situándonos en el día a día de un detective privado en la búsqueda de un joven que ha desaparecido y cuyo último paradero es una casa que parece estar abandonada. Acompañando por su novia, ambos se introducirán en el interior de la misma para contemplar absortos un altar de televisiones y montones de cintas VHS en el suelo que contienen estremecedoras grabaciones dispuestas a ser vistas.Adam Wingard, director de la trama conductora del film anterior, es el encargado de dirigir Phase I. Clinical Trials, con un argumento que bien puede traernos a la memoria productos como la imprescindible The Eye(Pang Brothers, 2002) y donde somos testigo de cómo la vida de un hombre cambia radicalmente tras ser sometido a una novedosa operación en la que le implantan una cámara en el ojo que supondrá una conexión nada deseada con el mundo de los muertos.La segunda es la propuesta más gamberra y divertida del metraje. Eduardo Sánchez (co-director de El Proyecto de la Bruja de Blair) y Gregg Hale (productor de la misma) nos traen una historia de zombies en mitad de un bosque en la que no escatiman en sangre, vísceras y mala baba, un regalo para los amantes del género zombie.Y es entonces cuando viene el plato fuerte del banquete: Timo Tjahjanto, quien sorprendiera con su segmento “L is for Libido” en la citada antología del abecedario, pone toda la carne en el asador con una historia sobre una secta en la que una serie de perturbadoras imágenes harán estremecer hasta el más valiente, amén de un final que no es más que un puro homenaje al cine apocalíptico con llegada del Anticristo incluida.Finalmente, Jason Eisner, director de Hobo with a shotgun (2011) y del glorioso corto (anti)navideño Treevenge (2008) nos trae su propia visión de una abducción alienígena llamada Slumber Party Alien Abduction, en la que juega con las apariciones por sorpresa de unos extraterrestres nada amigables abusando muy a mi parecer de abruptas subidas de volumen para asustar al espectador.
Con un sorprendente desenlace de la historia principal en el que podemos sentirnos satisfechos e incluso pensar que esta secuela supera en calidad a su predecesora, las ganas de seguir conociendo los contenidos de todo ese conjunto de cintas grabadas en primera persona y que parecen formar parte de algo puramente maligno, crecen hasta límites insospechados queriendo que sea otro refrán el que se cumpla el próximo 2014, el de no hay dos sin tres. Ojalá.
Lo mejor: Safe Heaven, sin duda hay que seguir de cerca a este director tailandés.Lo peor: la primera historia podría haber dado mucho más de sí y la historia principal, aunque sorprendente en su desenlace, llega a incluso a aburrir.

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