Revista Educación

El rojo no se contagia

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Todos tenemos espejos en casa, así que deberíamos saber que algunos de los comentarios que sobre las otras personas hacemos no aportan nada nuevo a las conversaciones. Mi unidad familiar está en su mayoría afectada por la dermatitis atópica, esto incluye hasta al perro. Así que, de vez en cuando, además del cerebro y del humor se nos irrita la piel, lo que nos provoca un picor insoportable y un enrojecimiento notable.

Muchas personas al ver mis rojeces, hinchazones, costritas y arañazos me dicen: "ay, tienes esto y aquello todo rojo..." Y la verdad es que me dan ganas de contestarles que no me había dado cuenta con un tonito de esos que no dan pie a la confusión, pero, como sé que no tienen mala intención, pues me callo. El problema es que, cuando sientes picor y consigues que tu cerebro se relaje y "no piense" en la comezón, si otro te señala tu problema, por lazos del demonio, vuelves a sentir ganas de arrancarte la piel con las uñas o cualquier objeto punzante que tengas a tu alrededor. Así que nos animo a todos, yo incluida, a pensar más si el comentario que vamos a hacerle a la otra persona es o no útil.

La dermatitis atópica, salvo en sus modalidades muy graves, es un resfriado al lado de la llamada enfermedad de la piel de mariposa, pero les comparto aquí un maravilloso vídeo que se ha realizado como forma de concienciar de esta dolencia y en el que se muestra, de forma clara, el aislamiento social al que se enfrentan estas personas. La gran mayoría de enfermedades que afectan la piel y se hacen tan visibles no son contagiosas y, aunque una caricia no va a curar a nadie (por desgracia), sí que puede abrigarles un poquito el alma y hacer, por lo menos, que no se sientan peor.


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