Revista Cultura y Ocio

“El sueño de la razón”, de Berna González Harbour

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Berna González Harbour dio vida a la comisaria María Ruiz Pfeiffer en ‘Verano en rojo’ (2012) la maltrató en ‘Margen de error’ (2014), la hundió en ‘Las lágrimas de Claire Jones’ y creo qué, con ‘El sueño de la razón’ comenzó su redención.»

“El sueño de la razón”, de Berna González Harbour

Cubierta de: ‘El sueño de la razón’

El sueño de la razón es la excepcional confirmación de Berna González Harbour como una de las voces más solventes, sólidas y logradas de la nueva novela negra española. El ingreso sin ambages de la autora santanderina al distinguido club de las grandes damas del crimen y el de su creación, la comisaria María Ruiz, al parnaso de papel de legendarias investigadoras como la inspectora de homicidios de la Policía Foral Amia Salazar, de Dolores Redondo, o la inspectora Petra Delicado, de Alicia Giménez-Bartlett

Esta vez la acción se desarrolla en Madrid, entre el Madrid de Goya y el Madrid más actual. Haremos junto a la comisaria María Ruiz un viaje que nos llevará a los túneles subterráneos de la M-30, a las casas okupas, a las presas del Manzanares, a la Quinta del Sordo y a la tumba en la que el genio reposa hoy sin cráneo. El genio que mejor retrató la España más negra se refugió en su vejez en la Quinta del Sordo, una finca cercana al Manzanares en cuyos muros dejó las Pinturas Negras, la colección más enigmática y oscura de sus tribulaciones, de su mirada del abuso, el enfrentamiento y la ignorancia en la que se sumergió España tras el regreso del absolutismo. 200 años después, la comisaria Ruiz vuelve a sus escenarios para indagar en la extraña línea que entrelaza varios crímenes con aquel universo, 

La perspicaz comisaria del cuerpo Nacional de Policía María Ruiz no pasa por su mejor época. Su último caso (Las lágrimas de Claire Jones) le ha dejado un balance desastroso en todos los terrenos y ahora está sin placa, sin pistola y sin amor. Suspendida por tres meses y un día por insubordinación, prepara su defensa a la espera de juicio. El agente de la policía Tecnológica y experto informático Tomás Gutierrez, desde una silla de ruedas y tras superar el coma al que lo envió una herida en servicio, le ha puesto un piadoso punto final a la vieja relación, ya sin futuro, que mantenía con la comisaria expedientada. Como si fuera poco, su viejo amigo y mentor, el comisario Carlos, ha fallecido a causa de un infarto y ya no está ahí para apoyarla, quizá cuando más lo necesite. Porque Ruiz regresa a Madrid tras un largo destierro en Soria, donde la había enviado el Jefe Superior del cuerpo Jota Ese (apodado así por sus subalternos en honor al alcohólico villano de Dallas) para quitársela de en medio. Y lo peor de todo es que, al parecer, está a punto de conseguirlo definitivamente con la causa abierta en su contra.

“El sueño de la razón”, de Berna González Harbour

‘El sueño de la razón produce monstruos’ (F de Goya)

Sin embargo, Ruiz no pierde el ánimo, desfoga sus frustraciones con la bicicleta y en Madrid se reencuentra con los suyos (viejos conocidos del lector): el inspector de Homicidios Esteban, el veterano periodista Luna que, ya prejubilado, duda si pasarse al lado oscuro en el departamento de Comunicación del BBVA, y el joven, guaperas y musculado agente Martín. La primavera avanza en la ciudad y, junto con las fiestas de San Isidro, unos extraños incidentes vienen a romper esa engañosa calma. La aparición de animales muertos dispuestos o sacrificados en escenas de macabra estética.
Y eso es sólo el comienzo, porque el cuerpo de una muchacha aparece encadenado a la barandilla del Manzanares, en cuyas inmediaciones un grafiti que reza ‘PR LIBERAL’ parece ofrecer una clave indescifrable.
La muchacha es identificada como Sara Muñoz, más conocida por Saramú, una joven becaria de la Facultad de Historia del Arte de la Complutense. Y su pasión por el arte, en concreto por Goya, la llevaba tatuada en la piel. Como ‘El sueño de la razón produce monstruos’, entre otros lemas del pintor, que se deja leer en su tobillo. Y lo que desconcierta aún más a la policía es la plástica representación de la tortura en la escena del crimen. Está claro que no se trata de un simple femicidio, ni siquiera de un macabro ritual gótico. Hay algo más, y no será tampoco la única víctima.
Apartada del cuerpo, en realidad Ruiz no debe inmiscuirse en la investigación. De hecho, los suyos le ocultan información para protegerla de posibles represalias que agraven su expediente de sanción. Pero como la comisaria no puede con su naturaleza, no sólo se sumerge por completo en el caso, de civil y sin pistola, casi estrenándose involuntariamente en la condición de secreta, y no parará hasta descubrir la verdad con la ayuda de un amigo de Saramú llamado Yago. Aunque ello le implique adentrarse en casas okupas o sumergirse en los túneles subterráneos de un Madrid desconocido.

Sin duda se trata del caso más difícil al que se ha enfrentado nunca la comisaria Ruiz, en el que incluso deberá echar mano hasta de sus conocimientos de psicóloga, porque no demorará mucho en descubrir que cuidada escenografía criminal con la que fue ejecutada la becaria en realidad representa en la vida real una de las estampas negras de Francisco de Goya incluidas en el Álbum de la Inquisición o también llamado Álbum C. Y otro tanto sucede con los animales sacrificados que también tiene sus correspondencias pictóricas. Y lo peor de todo es que el imitador del genial artista no está dispuesto a detenerse. ¿Qué clase de monstruo se deleita representado en la vida real las pesadillas del pintor? ¿Qué persigue con ello? Preguntas que solo la comisaria Ruiz podrá resolver, aunque en esta ocasión vaya con tejanos y sin pistola, no cuente con la ayuda de los suyos o incluso deba poner su vida en peligro en el intento.

Con esta lograda cuarta entrega de la serie de la comisaria María Ruiz, tras las celebradas Con Verano en rojo (2012), Margen de error (2014) y la citada Las lágrimas de Claire Jones (2017) Berna González Harbour no sólo ratifica su condenado talento a la hora de orquestar intrincadas tramas criminales y narrarlas con brío y destreza, sino que lleva el género un paso más allá. A caballo de la acción ininterrumpida, logrados diálogos y plásticas escenas, la autora propone aquí una clase magistral, amena y nada farragosa, de historia del arte. Una clase magistral que a la vez indaga en las zonas más sombrías de la psicología humana. En el mal que anida en los corazones y que despierta, en pesadillas de inefable belleza, justamente cuando duerme la razón.

Lee y disfruta de un fragmento de la novela.

“El sueño de la razón”, de Berna González Harbour

Con Berna González Harbour

La autora:
Berna González Harbour es escritora de novela negra, creadora de la comisaria Ruiz y está considerada una de las voces más actuales y representativas del género hoy en España. Con Verano en rojo (2012) y Margen de error (2014) dio vida a este personaje inolvidable cuya serie continúa con Las lágrimas de Claire Jones. También es autora de la novela Los ciervos llegan sin avisar (2015). Es periodista, analista política y colaboradora cultural. Trabaja en la sección de opinión de El País, donde anteriormente ha sido editora de Babelia, subdirectora del diario y enviada especial a numerosos países en conflicto. Escribe en las secciones de cultura y opinión, y también en Babelia, y participa habitualmente en la tertulia de Hora 25, en la Cadena Ser.

El libro:
El sueño de la razón ha sido publicado por Ediciones Destino en su Colección Áncora & Delfin. Encuadernado en rústica son solapas, tiene 409 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo el vídeo grabado en el parque del Retiro de Madrid con motivo de la Feria del Libro, en el qué Berna González Harbour nos habla de su nueva novela El sueño de la razón.


Para saber más:
http://bernagonzalezharbour.com/

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