Revista Bolsa

Elecciones: Primer Round. Notas desde un año político

Publicado el 04 junio 2015 por Monedarota @Monedarota

Y las encuestas no se equivocaron (demasiado). Bipartidismo herido. Podemos (y los movimientos ciudadanos apoyados por Podemos) y Ciudadanos irrumpiendo. IU demostrando que tiene mucho más de I que de U. Y UPyD que parece abocado a desprenderse de todas sus letras. Así de claro, como diría Buruaga en ese programa tan siglo XX, las elecciones autonómicas y municipales han escupido un panorama político muy interesante. A la época de las mayorías absolutas se la ha cortado con un punto. Un punto que lo más normal es que sea seguido después de aliviarse con muchos suspensivos. Los finales definitivos no existen, dicen los acosadores.

Los procesos electorales son tan curiosos como normales. En las cuatro horas que dura el recuento de votos los candidatos pasan de llenar con su rostro enormes carteles a la entrada de su ciudad a no ser más que meros monigotes que con un pequeño cartel en la mano anuncian “que pase el siguiente”. Parece que fue ayer pero qué deprisa se mueve el mundo, parecen decirnos. Hay candidatos, y estoy hablando de los que se espera el todo, que del domingo al lunes envejecieron diez o quince años. Siguiendo el consejo de Juan Vicente Herrera, se miraron en el espejo antes del primer café y vieron una docena de canas y algunas arrugas que la noche anterior no tenían. Algunos incluso, Rita Barberá sabe de lo que hablo, amanecieron con un bastón metido en la cama. ¡Qué hostia! ¡Qué hostia!

Ahora tocan los pactos. Nos habíamos acostumbrado a la soledad del triunfo. Ahora debemos montarnos en el bullicio de la palabra. Veremos como partidos que se tiraban piedras durante la campaña ahora intentarán que un cordel intermedie. Los discursos serán más suaves al tiempo que más estrictos. Los de Podemos ya no serán hijos de Hugo Chávez para los ojos del PSOE ni los de Ciudadanos serán unos novatos marca blanca del Partido Popular. Para el PP, quitando algún caso aislado, Pablo Iglesias seguirá siendo Lenin y Ciudadanos se pronunciará Ciudadanos y Albert será tan español como catalán. Ay, algunos en IU buscarán un  partido de unidad popular para concurrir en las generales (algunos partidarios de que Podemos les absorba, otros solo buscan cambiar el nombre) y UPyD buscará alguien que tome el timón si es que aun hay timón que tomar.

Más allá de las arrugas nacidas en el rostro de los derrotados y del “pactos, pactos, pactos” hay algunas notas que hay que destacar de los cuatro principales (que raro suena decirlo) partidos.

El Partido Popular se enfrenta a tiempos difíciles. En los últimos tiempos parece un partido político que no hace política y que solo se dedica a anunciar que es el gran artífice de la recuperación. Una campaña de marketing nefasta mientras la corrupción le devoraba los huesos. Y mientras: silencio. Es como pensar que un enfermo dejará de estar enfermo solo porque no se hable de su enfermedad. Y ahora: interrogantes y Rajoy, es decir, interrogantes.

El Partido Socialista canta bajo el chaparrón. Han conseguido peor resultado que hace cuatro años pero tienen más cartas que entonces para formar gobiernos. Un dulce derrota, como se dice. El futuro del partido depende de los pactos que se fragüen al calor de la hoguera de Junio. Porque a veces el remedio es peor que la enfermedad y las opiniones se empezarán a multiplicar como los panes y los peces sobre una mesa que solo conserva dos patas.

El caso de Podemos es curioso. No han salido con su marca en todo el territorio, han apoyada a diferentes movimientos sociales (desde Galicia hasta Andalucía) y han conseguido un resultado que los expertos no saben bien calificarlo más allá de la incertidumbre. Ahora parece que el PSOE ya no es casta (o hay diferentes tipos de ella) y se inclinan a pactar. Los pactos, sin son notables, pueden dejar marcado al partido socialista de cara a las generales. Y en Podemos lo saben.

Ciudadanos, por su parte, se ha presentado con su marca. Al mismo tiempo que identificables sus listas se han cargado de indefinición y se les han colado los que buscaban solo hacerse un nombre independientemente del partido. Tienen la llave de varios municipios y autonomías pero estoy convencido de que esperaban más (a pesar de que han multiplicado por tres sus votos desde las europeas). La política de pactos les definirá de cara a los votantes cansados de los dos grandes partidos.

Lo que está claro es que nuevas caras se han situado en primera fila política: Manuela Carmena y Ada Colau son los ejemplos más claros. Estamos en un año apasionante, año político. Quedan pocos meses para las generales y por delante tenemos pactos, primarias en algunos partidos y muchísimos debates internos. Y las elecciones catalanas Uf. La política nos perseguirá y nosotros perseguiremos a la política.


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