¿Es ‘La Desaparición’ la novela de este verano?

La escritora estadounidense Julia Phillips quiso, en su primer libro, escribir sobre el maltrato que sufrían las mujeres en la región rusa de Kamchatka. En La desaparición, publicado por Sexto Piso, las hermanas Aliona y Sofía un día no vuelven a casa y, a raíz de este acontecimiento que altera la vida de los habitantes no sólo de su pueblo sino de los colindantes, se entretejen las vidas de quienes, por una razón u otra, terminan por estar relacionados con la desaparición. Ni que decir tiene que el argumento nos trae a la mente cualquiera de las desgracias que en los últimos meses y años han rodeado las vidas de niños y niñas de todo el mundo. Pero Phillips no se centra en los casos en sí, lo novedoso de su novela, que engancha con furia desde las primeras páginas, es que muestra un mosaico de personalidades y centra el foco en los otros, en cómo nos sentimos cuando muy cerca nuestro, en el lugar que llamamos casa o pueblo natal, ocurre una desaparición como esta. Qué sienten esas personas que vieron por última vez a las víctimas, quizás junto a su verdugo, cómo piensan los vecinos, los conocidos de la familia y amigos, los que sólo una vez se cruzaron con ellos. Cómo cambia el comportamiento de toda una sociedad cuando el crimen abre su puerta y se lleva un bien preciado.

Esta novela engancha pero también duele, porque capítulo tras capítulo, mes tras mes, historia tras historia, quien lee entiende que todos hemos sufrido pérdidas, muchas de ellas inexplicables. Las desapariciones que vivimos no tienen por qué ser físicas, también lo son culturales, identitarias, tal vez nosotros mismos nos arrebatamos, secuestramos nuestra esencia, nos perdemos en algún punto de nuestra vida. Phillips vuelve, sin embargo, al caso, porque de otra forma no se entendería la obra, a esa ventana siempre abierta que es la esperanza, lo insólito, la sorpresa. No sé, si como rezan muchas reseñas de medios de comunicación estadounidenses, esta será la novela del verano, seguramente haya tantas como lanzamientos editoriales, pero sí es una historia inquietante, sentida, que parece sacada de un fuego de campamento a medianoche y de una conversación que continúa durante la madrugada, cuando todo se aquieta, entre susurros.