Revista Educación

Fatiga electoral

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Fatiga electoral

Hoy he llegado a casa y, tras tirar el bolso sobre el sofá, he encendido la televisión. Me gusta oír su murmullo mientras preparo la comida. Sin embargo, de la caja tonta hoy no salía ningún murmullo, sino RUIDO. MUCHO RUIDO.

De verdad, señores, con la que está cayendo, ¿tenemos que soportar este circo de nuestra clase política? No voy a entrar aquí en colores pues ya hace tiempo que el espectro visible dio paso al gris oscuro en el hemiciclo. Me da igual: unos y otros. El que no es culpable por acción lo es por omisión o complicidad manifiesta.

Y es que, que levante la mano quien hoy en día es capaz de "tragarse" más de diez minutos de una sesión de control en el Congreso sin entrar en estado catatónico. Creo que "Sálvame" tiene menos violencia verbal y los rifirrafes son menos infantiloides...

Las encuestas y los estudios de demoscopia dicen que se acrecienta en la sociedad española el desapego y la desafección por la clase política. Y es que mucho se habla últimamente de "fatiga pandémica" pero ¿qué me decís de la "fatiga electoral"? Vivimos en permanente campaña electoral desde hace unos años y los ciudadanos no podemos más. Estamos hartos.

Hartos de que se nos dijera que no hacían falta las mascarillas, pero ahora sí; que sí hacían falta los guantes, pero ahora ya no; hartos de sabernos líderes mundiales en recesión económica y en sanitarios infectados, entre otros muchos "logros". Hartos de que se nos trate como idiotas. Pero, sobre todo, hartos de la crispación permanente que nos conduce inexorablemente a la polarización más radical. Cuando lo que más urge es resucitar el espíritu del 78, estáis consiguiendo resucitar las dos Españas.

Yo tuve la suerte de nacer y crecer en una democracia sin que nadie me preguntara si era de derechas o de izquierdas, si era liberal o comunista, si era roja o facha; y cuando fui a votar por primera vez - en aquella fallida Constitución Europea- pude decir, hasta con el orgullo propio del que ejerce una responsabilidad por vez primera, para quién iba mi voto sin ser juzgada a voz en grito en Twitter o en el silencio de las miradas. ¿Podrán mis hijos y los tuyos decir lo mismo dentro de unos años?

Los expertos dicen que la fatiga pandémica terminará cuando alcancemos la llamada inmunidad de rebaño. ¿Y la fatiga electoral? No se atisba en el horizonte vacuna que nos inmunice a menos que... hastiados ya de todo, optemos por convertirnos a la especie bovina. ¿O ya lo hemos hecho?

Creo que voy a apagar la tele antes de que sea demasiado tarde y empiece a balar.

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