Revista Opinión

Formas de entender la cosa pública

Publicado el 21 octubre 2010 por Javierm

Me ha llamado la atención una cosa que ha explicado Rosa Aguilar en una entrevista que acaban de hacerla en Hoy. (Cnn+).

A la pregunta de Gabilondo sobre cuando le propuso ZP hacerla ministra ha dicho que fue ayer noche cuando la llamó para proponerla ser ministra y que después de una charla (supongo que no muy larga, vista la remodelación amplia del gobierno) le dijo que por supuesto era “un orgullo y satisfacción” y que ya llamaba ella a Griñán para darle el alegrón.

Y no es que me llame la atención en lo rápido que Rosa Aguilar es capaz de tomar estas decisiones tan serias, ya que lo demostró ampliamente con ocasión de que la llamara Griñán también una noche en la que se acostó alcaldesa de una ciudad con Iu y se levantó Consejera con un gobierno psoe. Hay gente que tiene ese don, ese saber estar… esa retranca para estas cosas. Otros tendríamos más escrúpulos, pero es porque no hemos “evolucionado políticamente”.

Y tampoco es que me llame la atención que el Presidente se dedique a tocar “equipos de gobierno”  sin contar con los presidentes que la han nombrado ya que es evidente que si el presi te llama, hay que dejarlo todo y eso lo entiende hasta Griñan al que Zp le parece malo. (Tal vez por eso este haya dicho este para sus adentros un “te jodes, mamoncete… con cariño”).

Ni tampoco me llama la atención de que, por las mismas urgencias con que nombra, los ministros salientes hayan debido dormir con el cese disimulado debajo de la almohada. Debe dar un gustirrinin recibir una llamada y que te digan… Moratinos, que he pensado que mañana mejor no vengas, que ya se encarga Trini del asunto y tal”. Vamos, que te pregunta tu mujer que quien era a esas horas, y le dices que era el boss, que te despide. Incluso dicen algunas malas lenguas que alguna ministra se ha enterado por Piqueras. Lo que tiene doble mérito. Ver tu cese en directo y que Piqueras te diga, entre muerto y muerto, que también te han liquidado.

Y por último, tampoco llama ni mucho menos la atención que dos ministras, perdón ex-ministras, acepten una rebaja de categoría y se conviertan en secretarias de estado. Cada uno devalúa su función política como mejor le viene en gana y están las cosas como para estar rechazando cargos… uf.. deja, deja…

No se. Tal vez sea un rumor. Una leyenda urbana y que el cuaderno azul famoso no existe. Porque claro, uno confía en que los nombramientos de ministros pues sea más serio de lo que a priori parece. Que estén pensados y reflexionados en función de la valía que aporta cada uno (bueno, ya se, ya se…, pensar en esto y en Leire Pajín a la vez no cuadra, pero bueno). Pero confiaría además que los nuevos ministros hayan tenido algo más que cinco minutos para decidirse, que hayan dicho al menos.. oye, prenda.. ¿Y que puedo hacer…? ¿Me vas a dejar hacer…? ¿Que quieres que haga…?. No se.

Supongo que esas cosas normales que uno se plantea cuando cambia de curro. Porque así visto, la cosa pública tiene un deje a cashondeo que para qué…

Digo.

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