Revista Educación

Heladito me quedé

Por Siempreenmedio @Siempreblog
HansFROZENWIKIACOM

¡Qué huevos te gastas, Hans! (frozen.wikia.com)

La escena es impactante: Él entra en la habitación, y al poco tiempo se da cuenta de que Ella necesita ayuda. Ayuda urgente o morirá. Él se lo piensa, da un par de pasos, parece inclinarse por hacer lo obvio, lo que cualquiera haría: seguir el instinto de supervivencia. En este caso, de supervivencia ajena. Pero no, se para y valora de nuevo los pros y los contras. Decide que le sale más a cuenta que Ella muera. Y la abandona a su suerte, apresurándose eso sí, a recoger (o intentarlo) el fruto de la tragedia.

Me quedé frío. Helado, más concretamente. Porque no estaba viendo Breaking Bad. No era ese capítulo en que Walter White deja morir, ahogada en su propio vómito, a Jane, la novia de su socio Jesse Pinkman. Asegura de ese modo que su negocio siga viento en popa y libre de chantajes. Y a Walter White, enfermo terminal de cáncer reconvertido en poderoso narco, le cuesta dejarla ir, aunque al final lo haga. Como le costó al propio Bryan Cranston rodar la escena. ¿Pero qué se puede esperar del submundo del narcotráfico en los suburbios de Albuquerque, New Mexico? Pues eso, muerte y depravación. Y a otra cosa.

Lo jodido es que, como ya he dicho, yo no estaba viendo Breaking Bad. Por arte de zapping y causas ajenas a mi voluntad, estaba sufriendo el final de Frozen. Y ante mis ojos el príncipe Hans acaba de confesarle a Anna que por él se puede ir muriendo congelada muy rapidito. Que vale, que sí, que le había jurado amor eterno y tal, pero que lo hizo para poder reinar, y que si ya no le podía ayudar a ser rey, adiós muy buenas. Bye, bye, hasta otro ratito. Y se va puerta afuera, no sin antes cambiar su risita de psicópata por un fingido (y también psicopático) semblante sufriente.

Yo, inocentón, había oído hablar de Frozen y su mensaje de amor fraternal tan innovador (¿en serio?) entre tanto amor romántico y patriarcado feliz. ¿Pero esto qué es? ¿Qué impresionará más a los niños? ¿Qué se grabará con más fuerza en sus tiernos sistemas nerviosos? ¿El amor entre hermanas o el hijoputismo de machito trepa como alternativa al estudio de una oposición? ¿Qué parte será para ellos fantasía y cuál moraleja? Estoy acojonado. Lo sé, sé que en las pelis de Disney muere más gente que en la última temporada de The Walking Dead, pero esto no lo vi venir. Di por hecho que la madre de Bambi, el padre de Simba, los padres de Tarzán, la madre de Quasimodo, la madre y los hermanos de Nemo (madre mía qué percal) pertenecían ya a otra época. Y no.

Llámenme impresionable, llámenme drama queen si quieren, pero estoy asustado. Hay muchos niños, hay muchos disfraces de Frozen, hay mucho padre incauto. Y cada vez que se me acerque una criaturita vestida de Elsa no seré capaz de  saber qué oscuros mecanismos se despiertan en su mente. ¿Planea convertirme en el objeto de sus torturas? ¿Será espectadora impasible, con una sonrisa en los labios, de mis últimos estertores? ¿Puedo seguir viviendo con este miedo? HUID, INSENSATOS.

Y… pues esto es lo que pasa cuando te tomas al pie de la letra la jornada de reflexión y te dedicas a reflexionar. ¡Quién fuera Mariano!

*Nota para padres: la información de este enlace es preciosa y ha de saber usarse. Quizá no está todo perdido.


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