Revista Cocina

Historias entre fogones

Por Rocastrillo @roabremeloya

                           RECETAS CON SOLERA: POLLO A LA MARSELLESA

     Ayer tuve reunión femenina en casa y me acosté muy tarde. La conversación del gineceo estuvo centrada en las diversas aventuras que vivieron mis amigas  MIS AMIGAS  a lo largo de la semana que ahora concluye. Katty y Wynie salieron juntas una noche y me hablaron de una teoría filosófica llamada logofonofalocentrismo. Prestad atención a los relatos diarios de ABREMELOYA y os enteraréis de qué va.Olivia N., por su parte, asistió a un concierto de flamenco y, en la fiesta posterior, conoció a Jessica, un travestí de quién también os daré noticias próximamente.

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    Mis amigas se marcharon bien avanzada la madrugada y me dejaron tantas historias en la cabeza que no podía dormirme. Hoy me he despertado bastante cansada y con la sensación de que necesitaba dormir algo más, pero mi cita ineludible con las recetas con solera de mi abuela me ha expulsado de la cama y me ha arrastrado a la calle. Antes, he repasado los viejos cuadernos y, tras barajar varios platos, he optado por el“Pollo a la Marsellesa”. El nombre sonaba a cocina francesa y me ha llamado la atención que se usara en una época tan antigua. La lectura de la receta, sin embargo, no me ha aportado ningún detalle atribuible a la cocina del país vecino. Su sencilla elaboración y el hecho de tener en casa la mayoría de los ingredientes han propiciado la elección.

   Tal como ya os había contado UN POLLO CON HISTORIA Y SOLERA , las recetas de “Pollo o gallina” figuran en un apéndice del cuaderno dedicado al pescado y no fueron escritas por mi abuela, sino por mi bisabuela. He vuelto a leer despacio la elegida y me ha sorprendido que no lleveninguna especia, salvo perejil espolvoreado al final. En consecuencia, he decidido no ponerle nada más que sal. Otro detalle que ha despertado mi curiosidad ha sido la expresión “aceite muy luciente”, que utiliza mi bisabuela en la primera frase del texto. Como no sé a que se refiere exactamente, he intuido que querría decir aceite limpio, sin usar, y así lo he empleado.

     He tenido que salir a comprar el pollo y me he alegrado de hacerlo. ¡No hacía frío y lucía un sol espléndido! He vuelto a casa con la cesta de la compra y sin que sucediera nada especial. Antes de meterme entre fogones me tocaba elegir el acompañamiento musical. Y, aunque no suelo escuchar canción española, los viejos cuadernos me han motivado a poner unascoplas de Concha Piquer. Inspirada por un imaginario galán extranjero “blanco y rubio como la cerveza” y con el pecho tatuado, según lo define la canción, me he metido en faena.

    La elaboración de la receta me ha resultado muy fácil. En menos de una hora el pollo estaba listo. Sin que entrañara ninguna complicación, ha salido con una vista estupenda y, lo que es mejor, riquísimo. ¡Altamente recomendable! Paso a enumerar los ingredientes utilizados y, a continuación, reproduzco literalmente el escrito que dejara mi bisabuela.

INGREDIENTES PARA 4-6 personas: Un pollo troceado, aceite, sal, perejil picado, un decilitro de vino blanco, el zumo de un gajo de limón, dos cabezas de ajo, cien gramos de pimientos verdes y tres tomates.

ELABORACIÓN: Se rehoga el pollo con aceite muy luciente y estando a medio cocer se le ponen dos cabezas de ajo semimachacadas, cien gramos de pimientos verdes en tiras delgadas, tres tomates cortados en cruz y con ésto seguir rehogando hasta que esté cocido. Entonces se escurre bien el aceite y se agrega el jugo de un gajo de limón y un decilitro de vino blanco. Se hace cocer hasta que haya desaparecido casi el vino. Se sirve el pollo cubriéndolo con su aderezo y espolvoreándolo con perejil triturado.

Nota: Cocinar siguiendo unos apuntes tan viejos tiene el inconveniente de que no hay forma de solventar las dudas que surjan. Cuando esto ocurre no me queda más remedio que fiarme de mi intuición y experiencia en la cocina. En el caso del Pollo a la Marsellesa, la receta, que he copiado textualmente, no deja claro cómo deben ponerse los ajos y si hay que echarlos pelados o no. He optado por separar los dientes necesarios, quitarles la piel al completo y añadirlos así a la cazuela. Y, por el sabor final del guiso, me quedo con la sensación de haber acertado.

OS DESEO UN FELIZ -Y SI ES ERÓTICO, MEJOR- FIN DE SEMANA!!!

RoCastrillo


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