Ayer hablaban
unos amigos en un grupo de whatsapp sobre las tradiciones en algunos lugares de componer e improvisar
versos. Comentaba uno que en el País Vasco les llaman “bertsolaris” mientras
que otros decían que en Andalucía les llaman “trovos”.
Me encantan esos días
en que sales a correr sin ningún objetivo, sin prisas, sin mirar el tiempo, sólo
a disfrutar del recorrido, a desconectar, y recordando la conversación “virtual” del día anterior con estos amigos, mientras corría, me iban viniendo a la mente palabras, ideas que iba tratando de ordenar. Pensaba que al llegar a casa, tras la ducha ya nos las iba a recordar, pero sí, aquí están:
Hoy tenía ganas
de campo,
¡Ya está bien de
tanto asfalto!.
Sentirme solo en
la naturaleza,
correr despacio y
disfrutar de su belleza.
Día de perros,
día de otoño,
ya es hora de que
haga frio, que coño.
Sentir el fuerte viento
en la cara,
y las gotas de lluvia
como resbalan….
… también por
los pies,
que a mí con
zapatillas no me ves.
Correr, dejarse
caer en las bajadas,
sentir la tierra
del camino en cada pisada.
Vaya, ahora parece
que sale el sol,
al final voy a
pasar calor.
Kilómetros y
tiempo van pasando,
la ruta y la calma
se van acabando.
Llegó el final, ahora
toca descansar…
… joder, y
también desayunar.
Yo, sólo soy un hombre.
Revista Atletismo
Sus últimos artículos
-
Reflexiones running: ¿Influye la ropa deportiva en el rendimiento del corredor? Comprobación científica
-
Marrakech Running, vuelta por la Medina (Marruecos)
-
Copenhague Running, del Tivoli a la Sirenita y vuelta (Dinamarca)
-
Correr descalzo por el campo o mi primer barefoot campero