Revista Educación

Inútil

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Inútil

Me encanta el acento balear. Cuando en casa se pillaba IB3 (la tele autonómica de Ses Illes) me gustaba ver el programa de cocina de Paquita Tomàs. Llevaba muy poco tiempo viviendo en Barcelona y aún no entendía el catalán, mucho menos con un acento tan marcado, pero me moría de risa con la señora. Alentado por mi entusiasmo, un amigo menorquín me mostró en YouTube los vídeos de Vaig Fort, la versión mallorquina de Braveheart. Un fart de riure. En resumen, que el terreno estaba sembrado para que me hiciera fan de Miquel Montoro en cuanto supiera de su existencia. Miquel es un de 13 años de Sant Llorenç des Cardassar (Mallorca). Sus vídeos tratan sobre su pasión: el campo. Es un youtuber rural. Y habla en mallorquín. Porque Miquel, su familia, su pueblo, hablan en mallorquín. Su canal cuenta con más de 200 mil suscriptores. Y varios de sus vídeos se han hecho tan virales que recientemente ha sido entrevistado en el programa de moda: La Resistencia. En castellano, claro, porque Miquel se expresa preferentemente en mallorquín, pero domina el castellano.

La Resistencia. 13 años. 200 mil suscriptores en YouTube (670 mil en Instagram). Bilingüe. Apasionado del campo. Más feliz que varias perdices celebrando un cumpleaños.

Pues tiempo ha faltado en las redes sociales para que lleguen los españoles de bien a afearle su acento. Con más suavidad de la acostumbrada (Miquel no deja de ser un niño, hasta los trolls lo perciben) se lamentan de sus supuestas dificultades para expresarse en castellano. Se lo dicen por su bien, el castellano es mucho más útil que el mallorquín.

Útil.

De inútiles también tachó este colectivo librepensador las subvenciones al cine durante la reciente celebración de entrega de los Premios Goya. Bien se podría gastar ese dinero en ciencia, en salud, en educación, y no en estos progres culturetas que hacen películas que solo ven cuatro y ni siquiera generan negocio, lamentaron.

Porque solo es útil lo rentable.

Y yo me parto la caja. Porque es precisamente el concepto de utilidad lo que mantiene infrafinanciada la ciencia en este bienintencionado país.

Francis Mojica es un científico ilicitano que en 1993, con solo 30 años, encontró unas secuencias de ADN con unas repeticiones particulares en un tipo muy antiguo y muy raro de organismo: las arqueobacterias. Diez años tardó (diez años de picar piedra para rascar unos euros) en descubrir que esas secuencias funcionaban como un sistema inmunitario arcaico con el que estas bacterias se defendían de los virus. Ya por aquel entonces había bautizado el descubrimiento como CRISPR. Mojica reconoce que no consiguió nada de dinero para sus investigaciones entre 2008 y 2011. En 2012, Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, que se habían interesado por el descubrimiento de Mojica, publicaron la bomba: CRISPR es una herramienta de edición genética de tal calibre que supone la principal esperanza de toda futura terapia génica. Pero a Mojica alguien, alguien con poder, le había dicho año tras año que esa cosa que hacían esas bacterias no era útil. Algo parecido ocurre con Bruno Canard, que ha confesado en Twitter la lucha que le ha supuesto conseguir dinero en la última década. Canard es un virólogo especialista en (ahora-sí-que-me-interesan) coronavirus.

Precisamente por poco útil la financiación de la investigación del cáncer pediátrico es siempre deficiente. Y tienen que ser asociaciones creadas por pacientes o sus familiares las que sufraguen hasta el 75% de nuestro presupuesto en Sant Joan de Déu. Porque ( "¡Es el mercado, amigo!") es más útil centrarse en el cáncer de los adultos (unos 200 diagnósticos al año en España por cada diagnóstico de cáncer infantil). Nadie lo va a reconocer, quedaría feo, simplemente es lo obvio, lo normal, lo lógico.

Al final, reducirlo todo a términos de utilidad te pone en todas las disyuntivas absurdas que pretendes evitar. El concepto mismo de utilidad está pervertido por las leyes antinaturales del mercado. Por eso mi consejo para toda esta ¿bienintencionada? masa opinadora es que si quieren ser útiles se callen la boca.


Volver a la Portada de Logo Paperblog