Juegaterapeutas

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Ha conocido una iniciativa maravillosa: personas que recogen consolas, mandos y videojuegos que nadie usa ya y las donan a hospitales de toda España. ¿Su fin? Que los niños con cáncer acudan a quiomioterapia con una sonrisa. Su lema es “La quimio jugando se pasa volando”. Ojeando su web descubre que están muy bien organizados. Cómo algo, muy pequeñito, que comenzó por casualidad, con una consola que su presidenta regaló al hijo de un amiga con cáncer, ha ido haciéndose grande. Hasta El Hombre de Negro, de El Hormiguero, Risto Mejide y Alberto Chicote que se han convertido en juegaterapeutas. En auténticos reclutadores, en definitiva, de un ejército de personas que combate el mal con la risa y con el juego.

Una iniciativa brillante en la que las consolas dañadas, se reparan. Las muy muy antiguas se venden en el rastrillo solidario. Y si usted, a pesar de sus 40 añazos, no quiere desprenderse del artilugio de marras siempre puede hacer un donativo. Y es aquí donde, como buena changemarketer, no puede dejar de sonreír.

Han empleado la técnica de las Pastillas contra el dolor ajeno. Es decir, dar algo físico a cambio de un donativo para que el altruismo no se quede en algo etéreo, sin recompensa.

Como buen ejército –éste es el único bueno que conoce- necesita chapas identificativas. Pues bien, para atestiguar que uno gana las guerras jugando, a cambio de la cantidad que aporte, recibirá su chapa identificativa en uno de los nueve colores personalizables con su nombre grabado.

Y cada juegaterapeuta actuará a su vez como prescriptor de la iniciativa al lucir su chapa militar. Porque ser solidario es cool. Sea como fuere, miles de niños disponen de más armas para afrontar su enfermedad. Entre ellos, los del Hospital Clínico de Valencia y el General de Castellón.