La disciplina

En diversas formas y espectáculos, todos los años se premian a los mejores artistas por su influencia y creatividad en sus respectivos géneros. Hoy me corresponde hacer referencia a la disciplina y deseo aprovechar un programa reciente dedicado a los 20 años de éxito de Fernando Colunga, quien después de tener una vida profesional muy heterogénea, en la actualidad es conocido por su larga trayectoria como uno de los actores de telenovelas más cotizados del mundo.

 Cada una de las telenovelas en las que participa acaba siendo un verdadero éxito de público. Sin embargo, Colunga nunca fue un niño prodigio de la interpretación. De hecho, tuvo muchos otros trabajos antes de dedicarse a ser actor. Su primer contacto profesional con el mundo del cine no se estableció por los caminos más habituales, puesto que empezó trabajando de doble en ciertas producciones mexicanas. Pronto se dio cuenta de que ser actor era su pasión y optó por iniciar una carrera profesional en este ámbito.

Pero, ¿Cuál es el secreto de su éxito?

Si repasamos su biografía y la de muchas otras personas exitosas, nos llamará especialmente la atención el hecho de que sin merma de su caudal creativo o de su desbordante talento, todos ellos son personas capaces de mantener una línea de trabajo constante y tenaz y de dedicar a su tarea una serie de horas concretas cada día. Todo ello con el fin de ensayar, estudiar, analizar y esforzarse en conseguir lo que se proponen. Seguro que muchas veces el resultado de su afán es nulo, pero día con día repiten la secuencia y hacen de sus fracasos la semilla del éxito.

Concepto claramente incómodo, al implicar esfuerzo y desgaste sin recompensa instantánea, sólo con la promesa diferida de premio, la disciplina es el lugar en el que se forjan los proyectos más sólidos y dónde estos dejan de ser sólo intenciones. Únicamente, la dedicación paulatina y prolongada -disciplinada- a nuestros empeños, sean estos cuales sean, les otorga una posibilidad de culminación.

La disciplina es indispensable y obligada, para abordar cualquier tarea y lo que es más importante, culminarla con éxito.

Existe un gran poder en usted mismo para lograr enormes cambios pero es necesario tener bastante disciplina, trabajar insistentemente en aquello que desea, mantenga viva la llama de su idea y verá como los resultados se le presentan.

Igual que Colunga le aposto a la disciplina, como vehículo para alcanzar el éxito, usted conoce ahora el secreto de los que su nombre será escrito en piedra y trascenderá más allá de sus vidas.

“La mitad de la vida es suerte, la otra disciplina; y ésta es decisoria, ya que, sin disciplina, no se sabría por dónde empezar con la suerte”, en palabras del escritor alemán Carl Zuckmayer.