Revista Opinión

La importancia de la insignificancia

Publicado el 01 julio 2015 por Polikracia @polikracia

Si la política se pudiese definir con una sola frase, probablemente sería la siguiente: la política es el conjunto de procedimientos y medidas que se utilizan para dirigir los asuntos que afectan a la sociedad o tienen relación con ella. Para que un gobierno pueda ocuparse de forma efectiva del conjunto de los problemas necesita estructurarse en forma de “departamentos”, el de economía, educación, sanidad etc…sin embargo, siempre hay uno que aunque existe siempre es relegado a un segundo plano: el del medioambiente.

Desde Al Gore no ha habido prácticamente ningún político relevante que haya basado su candidatura en contenidos relacionadas con el medio ambiente. A propósito de esto y a pesar de que pudiera parecer un tema irrelevante en relación a otros como el follón actual entre Grecia y la Unión Europea, en este artículo quisiera tratar el tema de las abejas, que en mi opinión debería de tener una alta prioridad al ser esta especie de una gran importancia reconocida por la ciencia en la cadena de la vida.

Desde hace alguno años en concreto desde 2005 el número de abejas en el mundo, se ha reducido de forma alarmante, las abejas, han desaparecido por millones. Diez años después las abejas son consideradas una especie en extinción. Expertos coinciden que esta situación se ha generado debido a la ausencia de áreas verdes libres de insecticidas.

“La polinización es el proceso de transferencia del polen desde los estambres hasta el estigma o parte receptiva de las flores en las angiospermas, donde germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos.”

Para poder realizar este proceso es fundamental el papel de las abejas, a pesar de ser un ser bastante molesto, es imprescindible para el medio ambiente y nuestro ecosistema. Más de tres cuartas partes de nuestra flora silvestre consigue polinizarse gracias a las abejas,  es decir, más de una tercera parte de las frutas y verduras que comemos hoy en día son obra de la polinización y por tanto de estos insectos. 

Según Albert Einstein, “Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre sólo le quedarían 4 años de vida“. Como anteriormente ya mencione, los polinizadores, entre ellas las abejas, son los encargados de transportar el polen para fecundar los óvulos de las flores. Sin ellos, todos los árboles con flores y que den frutas dejarían a la larga de reproducirse. En el caso extremo de que se cumpla la amenaza de la extinción, los expertos coinciden en que la humanidad se vería condenada a comer granos como el trigo y animales, causando un desastre alimentario mundial. Hambrunas, enfermedades y desnutrición, serian habituales en cada esquina del planeta.

Algunos científicos y economistas aseguran que la actividad económica que mueven y generan estos seres tiene un valor cercano a los 10.000 Millones de Euros anuales.  No solo por la pérdida económica que podría generar la pérdida las abejas, sino también por las horribles consecuencias que podría tener su desaparición, un número creciente de apicultores y personas involucradas en este mundo, intenta concienciar a la sociedad de la importancia de estos insectos. 

Alberto Castro, director técnico de Apitecnic, consultoría especializada en el estudio de las abejas, ha explicado que uno de sus principales objetivos como profesional es, actualmente, la creación de estaciones de polinización. Estas estaciones están diseñadas con colmenas diseñadas para poder realizar hacer estudios y así poder demostrar la importancia de las abejas en los ecosistemas.

“Si no existieran polinizadores naturales como las abejas, no habría plantas, sin ellas no existirían los animales herbívoros y sin éstos, los carnívoros tampoco, por lo tanto al hombre le quedarían muy pocas posibilidades de sobrevivir sin estos insectos”, ha afirmado Castro.

Es cierto que quizás el hombre no desaparecería en cuatro años o posiblemente ni siquiera desaparecería del todo, sin embargo el modo de vida se vería gravemente afectado para todas las especies que habitamos la Tierra.  Posiblemente con la crisis económica los gobernantes se hayan olvidado en cierto modo de cuidar el planeta, y quiero creer que una vez superada la crisis, volverán a preocuparse por el medioambiente, no obstante puede que para entonces sea demasiado tarde. Hace unas semanas el Papa Francisco y la Iglesia Católica reconocían que el cambio climático era la consecuencia de los actos del hombre. Que una organización tan influyente como la Iglesia se empiece a preocupar por la naturaleza puede que sea el principio de un cambio, sin embargo creo que no debemos esperar a un milagro divino y empezar ya cada uno individualmente a preocuparnos por el ecosistema con acciones como el reciclaje.

Quizá las abejas sean pequeñas y molestas pero estos insectos son de vital importancia, repito, de absoluta vital importancia para el Hombre. La polinización no es un servicio gratuito de la naturaleza por el sólo hecho de que haya estado ahí desde el principio de los tiempos. Tiene un coste, y ese coste es cuidar del medio ambiente.


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