La jornada laboral de cuatro días será una realidad

Debe serlo. Tengo un resfriado de esos que te dejan las neuronas llenas de niebla, pero me basta con escuchar el episodio del podcast Saldremos Mejores, con el político de Más País, Iñigo Errejón, para empezar a respirar mucho mejor. No quiero saber qué podría pasar si consiguiera ver antes de morirme una semana de cuatro días laborales, en los que la productividad no sea calentar la silla, y donde la inteligencia artificial se aplique no para despedir a trabajadores, sino para facilitarles la labor y que puedan disfrutar de tres días de descanso, conciliación familiar y más salud física y mental.

No voy a tirar de frases hechas, ni señalar aquí las cuestiones planteadas por el cuñadismo español, les pongo directamente el enlace para que disfruten de este programa, y puedan reflexionar sobre el tema con calma. Yo sé que la jornada laboral de cuatro días tiene que quedarse, más allá de los proyectos pilotos que se están llevando a cabo, por una cuestión medioambiental y por otra de salud mental, porque este sistema capitalista arrollador que seguimos practicando no es sostenible, ni para el planeta ni para los seres humanos.