La libertad de elección incluye necesariamente el conocimiento de la verdad

Por: Hugo Rizzo 18 Agosto, 2017

Pasaron creo que 2 años ya desde que escuche esta verdad en una de mis charlas de terapia. En ese momento me dijeron que las reglas se ponían dentro de cada pareja y si hay acuerdo, todo o al menos casi todo es válido. Lo que no era válido era desconocer la verdad.

El desconocimiento de la verdad pone al otro en un lugar de inferioridad de elección, o de desigualdad. Es cierto hay verdades que son duras y duelen y no se quieren decir. O cuando se dicen son ignoradas o negadas como forma de autodefensa.

Es donde entra a jugar las mentiras piadosas, la única verdad de una mentira piadosa es para quien dice la mentira y no quiere enfrentarse ante la responsabilidad de decir la verdad, nos expresa el Dr. Bucay. No existen en realidad las mentiras piadosas, en todo caso soy yo el que elige saberlas o no saberlas, las mentiras piadosas en realidad resguardan al que no está diciendo la verdad, y a la vez lo vuelve dueño y esclavo de su silencio. Alguna vez escuché "mientras enmudecí se envejecieron mis huesos".

Volviendo a mi relato, la elección de condiciones exige el conocimiento total de la verdad. Este camino puede ser un camino doloroso, pero necesario para sanar heridas, sino será una angustia prolongada en el tiempo. En mi carrera como personal de salud me ha pasado de ver gente que ante el mínimo ahogo acude al médico a buscar alivio a esa necesidad de aire repentina, desesperada, pero también he atendido a otras personas en la que la falta de aire fue lenta, progresivamente lenta, y llegan a un nivel tal que se están literalmente ahogando y no se dan cuenta de ello, y uno llega a preguntarles: señor, ¿No siente falta de aire? Y responden que no.

A veces vivimos en forma similar y no nos damos cuenta hasta que llegamos a llevar oxígeno colgando en nuestras espaldas. Porque en realidad tiene que ver con el otro. Pero la negación de la verdad tiene que ver primeramente con nosotros mismos.