LA MANO DE JÁNOS de DANIEL DIMECO por Francisco José Escribano

Título: La mano de János
Autor: Daniel DimecoPatronato de Cultura del Ayto. de Guadalajara, 2011. XXVI Premio de Teatro BUERO VALLEJO Ciudad de Guadalajara 2010 Patronato de Cultura Ayuntamiento de Guadalajara 
Pocas obras teatrales me han llegado a impactar tanto al leerlas en la soledad estática de mi sillón como ésta de Daniel Dimeco. El texto está dotado de una fuerza arrolladora, de forma que no creo que pueda dejar indiferente a nadie: confieso que llegué a ver a los personajes y sus abismos vitales evolucionando, extraviados, muertos ya antes de tiempo, por mi salón. Es cierto que la obra sitúa su acción en un momento histórico y en una localización de enorme significación y llenos de connotaciones, como es la Unión Soviética estalinista del primer momento, con su sugerente y demencial torbellino de arbitrariedad, supresiones sumarias, purgas, todo un campo abonado para el medraje de los peores seres humanos y el hundimiento progresivo de cualquier principio de decencia y solidaridad. Pero el oficio del autor se muestra en la grandeza de que es capaz de dotar a la obra, pues llega a trascender completamente el marco temporal y geográfico concreto, ejercicio que es dote exclusiva de los mejores dramaturgos y que explica la vigencia de las grandes figuras del teatro, desde la Antigüedad hasta hoy día. En este sentido, me atrevo a decir que La mano de János, nada más salir de la imprenta, es ya un clásico. Por todo ello, no veo la hora en que alguien se decida a poner sobre la escena este retablo inmisericorde de la vileza y desesperanza humanas. Los personajes son todos tremendos, hombres y mujeres atrapados en un espacio de pesadilla, abocados a un destino indefectiblemente trágico, sean pobres diablos como János o astutos arribistas como la equívoca agente y asesina. Porque el sistema de relaciones en que se mueven es una trituradora inmisericorde, que lo destruye todo, por fuera, por dentro, en sus cimientos y en sus manifestaciones. Por eso su alcance es universal, es el contexto de cualquier sociedad que instituye los valores del crimen como principio supremo, y cuyos ejemplos paradigmáticos no se limitan a los totalitarismos enfermizos de principios del siglo XX. La mano de János, así pues, más allá de su innegable y enorme potencia dramática, vale como aviso para navegantes incautos de nuestra reblandecida sociedad postmoderna, lamentablemente madura para más de un abuso... Quieran los hados que nuestros pasos no nos estén dirigiendo de nuevo hacia el gulag o el Lager. En cualquier caso, espero que el libro de Daniel Dimeco alcance el éxito y la difusión que merece sin ningún género de duda.