La princesa tiene novio, ¿qué tendrá la princesa?

Yo ya no reconozco a mi país. Bueno, la verdad es que para mí las fronteras son líquidas y nunca he sentido patriotismo alguno, más allá de aquel que defiende la igualdad de todos los seres que sienten y sufren. Pero digo que, de pronto, los pilares en los que se sustenta mi idea del mundo tiemblan con demasiada frecuencia. Hubo un tiempo en el que los medios de comunicación generalistas se consideraban "serios", esto es, ofrecían informaciones contrastadas y no se dedicaban a asuntos "ligeros" como los del ámbito de las revistas del corazón. En cambio, llevamos unas semanas en las que se ha dedicado espacio en todo tipo de publicaciones a una niña de catorce años que, al parecer, tiene novio. Claro que no es una joven cualquiera, sino Leonor, la hija de Los Reyes de España, la princesa. Me produce escalofríos que dediquemos tiempo y espacio a un amor adolescente (quién lo pillara, ¿o tal vez no?) y dejemos por escrito, y en la nube, una supuesta relación entre dos compañeros de colegio.

¿Pero qué sociedad es la nuestra? ¿De verdad alguno de nosotros quería que sus primeras relaciones se conocieran a diestro y siniestro? Y, en el caso de no ser verdad, ¿cómo se enfrenta una adolescente, por muy princesa que sea, a los cuchicheos y bromas de los compañeros? ¿En serio hay necesidad de publicar informaciones sobre una relación a los catorce años? ¿Alguno de nosotros sabía lo que era la vida a esa edad? ¿Los amores que nos esperaban? ¿Nos gustaría a caso teclear nuestro nombre en google y que nos sacara un listado de novios, novias y otros festejos a guardar? A mí la monarquía me aburre y me indigna a partes iguales, porque creo que toda autoridad pública debe ser elegida de forma democrática, en unas elecciones libres. Y me parece lamentable que periódicos que se dicen serios se dediquen a difundir rumores de la vida privada que en nada nos afecta, en vez de debatir sobre lo que de verdad importa, si son tiempos estos para que nuestro país siga teniendo una monarquía impuesta por un dictador, y pedir que se investiguen los posibles delitos económicos en los que esta institución haya podido incurrir en estos años. Y que el pueblo decida. Y que los amores adolescentes se disfruten o sufran como siempre, en la intimidad de las dudas y alegrías juveniles.