Revista Salud y Bienestar

La relación médico-familia del médico. La relación olvidada

Por Ángel López Hernanz @angelopezh
Siempre se ha hablado mucho de la relación médico-paciente siendo un tema ampliamente debatido, ya en el año 1728 a. de C. aparece una primera regulación del ejercicio de la Medicina, en el Código de Hammurabi.
Se ha escrito mucho sobre las relaciones interprofesionales: médico-médico y médico con otros profesionales que trabajan codo a codo con aquellos, también de la relación médico-familia del paciente.
No he encontrado casi nada sobre la relación de las familias de los médicos con estos y su influencia en el trabajo como médicos/as y la repercusión que esto puede tener en la actuación sobre el enfermo.

Los médicos requieren una vida en armonía lo más equilibrada posible, para lograr ser felices y que estén sanos e íntegros, para que sean atentos, diligentes y competentes y así atender bien a los pacientes durante toda su vida. 

"Por estas razones es muy pertinente estudiar el papel de las variables familiares y el conflicto familia-trabajo en la salud de los y las profesionales de la medicina".
Toda la atención de los estudios y escritos siempre se ha centrado en el paciente y su enfermedad y por ende en la familia de este, pero pocas veces se tiene en cuenta el estado anímico del médico en la forma que centra su atención en el paciente y la relación que esto tiene en cómo se relaciona el médico con su propia familia.
"Es una interacción entre personas, que tiene su origen en el quehacer clínico y constituye el núcleo fundamental de la medicina. Es importante tener en cuenta, que en la relación, puede haber sentimientos tanto de confianza, frustración, respeto, temor, preocupación, inquietud, fatiga, etcétera".
Cuando alguien convive con un médico, parejas, hijos, padres, hermanos, abuelos, nietos, amigos debe saber sus consecuencias, aunque no siempre deberá ser así, puede variar según las circunstancias laborales, personales y familiares, pero todas ellas repercutirán en la relación médico-pacienteLas guardias médicas, la formación continuada, la investigación, la promoción de la salud, a veces actúan como estresores familiares que interfieren en la vida familiar, ya que restan tiempo en la relación del médico con su familia.
"Las características familiares y el conflicto familia-trabajo, entendido como la incompatibilidad potencial de roles y demandas en ambas esferas de la vida, están recibiendo una atención creciente en los últimos años por su influencia en los resultados del trabajo y en la salud. Se confirmó una asociación inversa entre la empatía y la soledad familiar, lo que confirma el importante papel que tiene la familia en la adquisición y desarrollo de esta habilidad." 
Para que esta relación con la familia sea armoniosa podemos comentar algunas cosas que pueden ser o no habituales pero que deben conocer:

  • La pareja de un médico/a debe saber que una o dos noches por semana tendrá que dejar de compartir lecho y que al día siguiente tendrá a alguien despistado, pensativo, somnoliento y generalmente con mal humor, pero no, no es nada personal, es la relación con el sufrimiento humano y la relación con personas en las 24 horas anteriores.
  • La conversación suele ser monótona en ese día, de cosas de sus pacientes, de sentimientos y de incertidumbres de los días anteriores. Al final de la mañana la conversación se apaga o se enturbia y el médico se aparta de sus familiares para evitar conflictos. Al amanecer el día siguiente al día después de la guardia todo vuelve a la normalidad como una día calmo tras la tormenta.
  • Los médicos suelen hablar con sus familias de algunos temas de sus pacientes, sobre todo aquellos que les afecta emocionalmente, que les provocan incertidumbre, ¿si no con quien lo iban a hablar? a veces sólo requieren un apoyo, un si, un asentimiento asertivo, una escucha activa.
  • La falta de sueño acumulada, la implicación emocional del trabajo de médico, la dedicación excesiva, el roce con el sufrimiento humano, la visión frecuente de la parca, la sobrecarga de trabajo, la precariedad laboral, el deterioro social del médico, hace que influya en su relación familiar y esta directamente en su relación con el paciente.
  • Un hijo o padre enfermo, un adolescente rebelde en la casa, una mala inversión económica, una separación de la pareja, etcétera, puede afectar de forma limitada o habitual en el trabajo del médico, en su concentración, en su habilidad, en su empatía con el paciente.
Todas estas escenas y situaciones familiares nombradas anteriormente y otras que podrían relatar otros, si no se canalizan bien ¿podrían afectar al profesional sanitario en su consulta, quirófano y atención al paciente?Se habla mucho en los foros de médicos de saber desconectar y de no llevarse los problemas de los pacientes a casa, pero ¿es esto posible? y viceversa ¿es posible no tener en cuenta los problemas y preocupaciones con la familia cuando estamos trabajando?
En este caso no hablo de burnout, sino de la dirección contraria, de cómo puede influir una mala relación familiar, una falta de apoyo social, un problema familiar circunstancial en el desempeño profesional.
No se si una mala relación o circunstancia familiar puede o no influir en el desempeño de un trabajador sanitario, en los estudios que he revisado hay relación entre las emocionales y el burnout, también hay estudios que muestran una relación directa entre llevarse el trabajo a casa con la fuerte relación emocional que conlleva y el aumento de conflictos familiares. Por tanto debe haber también una relación directa entre los problemas y conflictos en el hogar con un grado de desempeño profesional disperso.
La relación médico-familia del médico. La relación olvidada
Médico Rural

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