Revista Psicología

La trampa del poliamor

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
La trampa del poliamor

La idea de amor romántico, tal como nos lo mostraban los cuentos infantiles que nos leían de pequeños, donde el amor era siempre entre dos personas (hombre-mujer) que se juraban amor eterno y que a pesar de todo y de todos seguían juntos por los siglos de los siglos está empezando a hacer aguas. Y como el ser humano es muy de irse a los extremos, cuando se reniega de algo se tiende a apostar por todo lo contrario, por eso, hoy en día, se ha puesto tan de moda tener relaciones abiertas o ser poliamoroso.

El poliamor es un concepto que ha irrumpido no hace mucho en nuestras vidas y que describe una nueva manera de relacionarse amorosamente. Nació en los años 60 y 70 en Estados Unidos como una filosofía de vida y se extendió rápidamente por muchos países occidentales, sin embargo, no es hasta hace unos pocos años que esta tendencia está en auge en nuestra sociedad.

La trampa del poliamor

Los partidarios de este tipo de amor se caracterizan por mantener relaciones de pareja duraderas entre hombres y mujeres heterosexuales, aunque no se descartan otras combinaciones; este tipo de relaciones son principalmente "no monogámicas, consensuadas por todos los miembros, éticas y responsables" y van más allá de simples intercambios sexuales puntuales, o por lo menos eso pretenden, porque en la práctica, y por desgracia, dista mucho de ser así.

El poliamor bien entendido y bajo unas bases de amor y cuidado del otro, de comunicación clara y sincera, puede funcionar, pero no es tan fácil porque entran en juego factores que pueden desestabilizar muy fácilmente las relaciones poliamorosas como pueden ser los celos o la poca implicación sentimental o emocional de sus integrantes.

Cuando detrás del poliamor se esconden relaciones superficiales y efímeras, donde el sexo pasa a ser lo más importante, estamos hablando de otra cosa. La línea que separa el poliamor de la promiscuidad es muy fina y en ocasiones no es fácil de determinar. Las personas que utilizan el poliamor para enmascarar la poligamia suelen ser inmaduras e incapaces de comprometerse y buscan un amor libre de obligaciones sin sentimientos de culpa y lejos de la estigmatización social.

Todas esas aplicaciones de búsqueda de pareja tan usadas actualmente promueven relaciones de ese tipo donde lo único que se consigue es matar el amor y dar alas al sexo. Y yo me pregunto, ¿A quién favorece esto? A mi modo de entender, los que salen más favorecidos con esta nueva manera de relacionarse son los hombres. Las mujeres (por regla general) damos más prioridad a los sentimientos, al amor, mientras que la mayoría de hombres tienen el instinto sexual más desarrollado y tienen más dificultades a la hora de gestionar adecuadamente sus emociones y sentimientos. Para ellos una relación poliamorosa es ideal porque pueden acostarse con todas pero sin comprometerse con ninguna, manteniendo intacta su libertad.

La trampa del poliamor

Poliamor (Foto tomada de La Tercera)

La gente ya no busca un compañero o compañera de vida, una persona con la que vivir experiencias, compartir momentos, crecer y caminar juntos hacia un bien común, hacia un sentimiento elevado de amor y respeto. Las personas se han vuelto egoístas, en un mundo en el que se promueve la hiper sexualidad, tanto hombres como mujeres solo buscan la satisfacción inmediata de sus deseos más primarios y huyen de todo lo que implique compromiso. Las relaciones duran poco, el tiempo suficiente para evitar profundizar, para no entrar en el corazón del otro o lo que es más importante para que nadie entre en tu corazón, un corazón maltrecho.

Los sentimientos, esos que mueven cosas en nuestro interior, esos que nos agitan y nos ponen del revés, los mismos que nos desnudan, nos hacen vulnerables y frágiles, están prohibidos; nadie está dispuesto a mirar dentro de otro y mucho menos dentro de sí mismo, no vaya a ser que lo que veamos no nos guste y tengamos que hacer algo para cambiar.

Y así estamos solos y vacíos, vamos policonsumiendo cuerpos y saltando de relación en relación creyendo que somos muy modernos y tildando de catetos a los que no piensan igual. Pero que no te engañen, eso no es poliamor, no caigas en la trampa.


Volver a la Portada de Logo Paperblog