Revista Cultura y Ocio

¿La transgresión social está fuera de contexto?

Publicado el 13 junio 2022 por Elcabrero @JoseELCABRERO

(…) Y el público siguió sin entregarse hasta que llegó El Cabrero, con el que el festival cambió de rumbo. Reconozco que es un cantaor que a mí me dice poco, el flamenco, como la poesía, tuvo un momento de compromiso social, llámese cante o poesía comprometida, social, crítica, inconformista, en definitiva era una arte de urgencia con su vigencia y caducidad. Por eso a mí me suena como un cante anacrónico, pero tiene su público y además mayoritario. Si a esto añadimos que se entrega, que pone el alma en lo que hace, es fácil entender que consiga el clamor del público…..Fue muy aplaudido por un público enfervorizado y la verdad es que se lo mereció por su total entrega, aunque entiendo que la transgresión social está fuera de contexto, me quedo con el compromiso vital de nuestro poeta Claudio Rodríguez (José Ignacio Primo, El Norte de Castilla 2009)

Compromiso social ¿desfasado?… Cante o poesía comprometida ¿Arte de urgencia, con vigencia y caducidad?… ¿Transgresión social fuera de contexto?… El crítico zamorano, José Ignacio Primo, D. E. P, gran aficionado, persona amable y culta, vivía, a lo que parece, en un país al que me gustaría emigrar y no lo hallo. El que conozco y sufro es un lugar donde medran los corruptos, donde la injusticia social es de juzgado de guardia y las desigualdades y la miseria proporcionales al enriquecimiento obsceno de los poderosos. Y, en ese contexto social ¿Debería callarse el cantor? Algunos cantaores, antes “comprometidos”, probablemente encontraron, tras la Transición, ese mundo perfecto y se callaron. Pero a El Cabrero le siguió pareciendo injusto, amargo, intolerable y persistió, hasta el último concierto, en la molesta denuncia, en la rebeldía, pagando gustoso el precio de su libertad.

¡Cante anacrónico! Curioso y revelador argumento. Sería ocioso enumerar a quienes han basado, y basan, su repertorio en estilos heredados de los antiguos y venerados maestros; esos que dejaron su huella en discos de pizarra o transmitieron su magisterio “de boca en boca”, porque son todos. Los cantes de Joaquín el de la Paula, la Serneta, Loco Mateo, Los Cangancho, el Nitri, Tomás Pavón, Manuel Torre, Pastora, el Marrurro, etc. están vivos porque varias generaciones posteriores recogieron el testigo y hoy siguen sonando, por fortuna, en las voces más jóvenes. A ese Cante se le reconoce como “puro”, “por derecho”, “clásico”, “ortodoxo” “jondo”. Calificarlo de anacrónico sería un contrasentido, casi una blasfemia.

Nadie puede negar que El Cabrero ha sido siempre un defensor, sin fisuras, de esta forma de entender y hacer el flamenco. Sin embargo, no es la primera vez que le cuelgan la etiquetita de anacrónico a su cante. Y, con una particularidad: desfasadas podrían ser la mayoría de las letras que se siguen repitiendo, hasta la saciedad, generación tras generación de artistas pero, precisamente, si algún cantaor se distingue por un repertorio lírico de rabiosa actualidad, casi ad hoc, y por temáticas diferentes a los demás ése es El Cabrero.

Miserable el momento si no es canto (Claudio Rodríguez)


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