Revista Cultura y Ocio

«La última cabaña», de Yolanda Regidor

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«… sé que nunca llegaré a vivir en el lugar que me haría completamente feliz, a pesar de haber venido tan lejos con la sola intención de olvidar cosas que no debí aprender…

Siempre he estado en guerra conmigo mismo. La conciencia es lo que me ha matado una y otra vez y nunca definitivamente… () … mi conciencia me juzga y me condena a diario.»

«La última cabaña», de Yolanda RegidorReseña escrita por Maudy Ventosa.

«La última cabaña», de Yolanda Regidor

Cubierta de: ‘La última cabaña’

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Cubierta de: ‘La última cabaña’

La Editorial Lumen acaba de publicar el último libro de la ganadora del Premio Jaén de Novela, Yolanda Regidor, La última cabaña. Una literatura bella y maravillosa que estremece por el dolor que encierra, por la soledad del protagonista, por el abismo al que nos puede abocar la falta de amor y el desprecio que destruye la autoestima y la confianza en uno mismo y en los demás; por el futuro sin esperanza y por un pasado que se arrastra y lastra. Una novela que inquieta por la profundidad de los sentimientos y la carga de desamor que puede soportar una persona.
Tres cuadernos conformados por capítulos cortos y rotundos. Es un diario escrito en primera persona por alguien que sabe que no va a ser leído. Por eso se vuelca, abre su corazón de par en par, permite que se derramen y salgan sentimientos que arrastra y nunca ha confesado, porque duelen mucho. Catarsis en soledad, terapéutica al fin y al cabo si consigue aceptarse, asumirse, comprenderse. Abandonar la culpa. Escribe para restablecer la relación consigo mismo…. Conseguir paz.

Ha llegado solo con sus libros y su memoria. Los vecinos le apodaron El Escolta desde que se instaló en una casa alejada de este pequeño pueblo perdido entre montañas, rocas y pinares, por su aspecto fuerte y las cartas que recibía, y no quiso sacarles de su error, porque siempre había sido El Ilustrado, seguido del rango que tuviera en el ejército. No quiere establecer relaciones porque no se plantea una vida presente y, menos, futura. Pero no sabe si se puede vivir para uno mismo sin la idea de los demás.

Tiene miedo. Sabe que nunca se pierde el miedo a la soledad. Él la arrastra desde que tiene memoria, rechazado por una madre que era incapaz de querer a uno de sus dos hijos; humillado permanentemente por un hermano soberbio y fanfarrón; abandonado por su padre. ¿Hasta dónde podríamos llegar para sentirnos aceptados, por pertenecer a nuestro grupo de referencia? ¿Qué estamos dispuestos a hacer para que nos quieran? Su hermano era fuerte porque se crio en la fortaleza de los brazos de su madre, algo vedado para él.

Siempre le han acompañado sus libros, a pesar de que me jodieron la vida. Desde pequeño. Me hicieron creer que el mundo estaba en otro sitio, que la realidad era diferente; no menos miserable, no menos sórdida, simplemente más rica en matices. Que había personas que no eran tan vulgares, conversaciones que no resultaban ordinarias… incluso enseñaban que el amor era otra cosa. Ahora se están acabando los cartones y hay que encender la chimenea. Ellos tampoco tendrán un mañana, Tolstói, Cioran, Herbert –si es que lo ha traído–, Pasternak. El proceso autodestructivo llega a todo lo que ha significado algo en su pasado.

Su vida va apareciendo a retazos, recuerdos que saben a añoranza, al olor de una madre que puede salvarle de la locura con la caricia que no le dio… por eso tiene que reparar la vieja mecedora que hay en el porche e inventar una historia. Dejaría de ser el pelele para siempre. Dejaría de ser el perdedor, el débil, el tonto, el mil leches. Nunca entendí por qué no me quería. Más tarde llegaría el amor y el miedo a amar a una mujer. Y los celos y la ira. Sobre todo, cuando conoció a la que tenía lunares de punto y seguido, de punto y aparte y de punto final.

La escritura es terapéutica, como lo es la música que suena en la cabaña e inunda los prados. Mahler, Wagner, Beethoven… No es bueno dejarse llevar por la melancolía cuando estás rodeado de tanta belleza como el atardecer que incendia el horizonte, el azul intenso del cielo, el sonido lejano del arroyo o el gorjeo de los pájaros. Es posible que aún pueda sentirla cuando aprenda que necesita compartirla; cuando admita su necesidad de otros, cuando permita que traspasen sus defensas; cuando también él sea capaz de acariciar con dulzura; de “dar: sin esperar; a recibir: sin tener que dar”. En definitiva, cuando sea capaz de apreciar la belleza que da la honestidad, la prudencia, lo decente, lo íntegro. Tal vez entonces, estará salvado.

PERSONAJES:

  • Coche, el viejo que se acerca con respeto a su casa, que fue amigo del dueño anterior; su amigo de las herramientas le llamaba así. Con él conoce lo que deben hacer los amigos de verdad: estar juntos como si estuvieran solos.
  • Böcklin, un pequeño y precioso lobezno que tendrá los ojos color miel, como los de su madre.
  • Marco, el niño subnormal que vive con su abuela. No habla. Siempre vuelve. Se lleva todo lo que le ofreces.
  • Olivia, la dueña de la tienda. Tiene una figura rotunda, muy femenina. Con ella moja el pan en la misma yema de huevo.
  • Yo, irresponsable, demasiado visceral, egoísta. Dice que el hogar es siempre una casa que sonríe.

Y la madre que no sabe querer; y el hermano déspota, y la chica-pantera… Y todos los que llenan una vida.

Lee y disfruta de un fragmento de la novela.

La autora:«La última cabaña», de Yolanda Regidor
Yolanda Regidor (Cáceres, 1970) es escritora. Se licenció en Derecho y obtuvo un máster en Psicosociología. Formadora ocupacional, antes de dedicarse a la literatura trabajaba como asesora jurídica y docente en programas de inserción sociolaboral. Es autora de las novelas La piel del camaleón (2012), Ego y yo (Premio Jaén de Novela, 2014) y La espina del gato (2017), que recibieron una gran acogida por parte de los lectores y la crítica. Sus relatos han sido publicados en varias antologías y ha colaborado con artículos en revistas y varios medios impresos. La última cabaña (Lumen, 2022) es su novela más reciente.

El libro:
La última cabaña ha sido publicado por la Editorial Lumen en su Colección Narrativa. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 264 páginas.

Como complemento pongo el vídeo donde el  escritor Manuel Vilas acompaña a Yolanda Regidor durante la presentación de su novela ‘La última cabaña’ en Librería Alberti de Madrid.


Para saber más:
Yolanda Regidor en Wikipedia.
https://twitter.com/YolandaRegidor


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