Revista Educación

LinChanelamiento

Por Siempreenmedio @Siempreblog
LinChanelamiento

Las palabras deben aspirar a ser algo más que palabras, y quienes las utilizamos debemos aprovechar para que nuestro legado sea mucho más que juntar dos o tres frases. Por eso, hoy quiero hacer algo más que escribir sobre Eurovisión o sobre el Benidorm Fest.

Me partió el alma ver y escuchar una entrevista que le hicieron el lunes a una tal Chanel Terrero, una MUJER de 31 años que hasta hace una semana era una completa desconocida para el grueso de la población. Nacida en Cuba, pero con raíces más que asentadas en España, atesora una carrera sumamente interesante como bailarina y actriz de musicales. Con los ojos hinchados, harta de llorar, conteniendo sus emociones entre sollozos como buenamente podía cuando le preguntaban por el acoso que sufre por algo que debía ser motivo de alegría: Ser nuestra representante en Eurovisión.

Hace algunas semanas nos despedíamos de Verónica Forqué, y España entera debatió sobre salud mental y redes sociales. Entiendo que va siendo hora de que avancemos un poquito más y volvamos la mirada a los difíciles momentos en que empatizábamos con una mujer enferma que sufrió el acoso sistemático de miles de personas en un momento de total fragilidad, de severo deterioro de su consideración personal. Hoy rescato parte de un artículo que escribí aquellos días de profunda tristeza y serena reflexión.

Que se hable del suicidio de una actriz tan querida y talentosa no es hablar mal de ella ni de su legado, es ayudar a visibilizar la incidencia de la enfermedad mental en la sociedad, que es muchísimo más frecuente de lo que se cree. Mas de 4.000 personas se suicidan al año en España, de las cuales la mayoría son hombres. El dato más grave: Por cada suicidio hay veinte tentativas fallidas.

Un Plan Nacional de Salud Mental sigue siendo una asignatura pendiente dentro de los presupuestos: Ni el Estado ni las comunidades autónomas tratan esta cuestión como merece, y a todos se nos ocurren mil ejemplos de gilipolleces en las que se tira el dinero público con bastante alegría, en lugar de invertir en atención primaria, el eslabón de la cadena que apoya directamente al vecino. La propia Organización Mundial de la Salud, a la que tanto se escucha ahora con la COVID-19, se desgañita desde hace años, diciendo que es la primera causa de muerte no natural. Todas las alertas sobre el primer problema de salud en el mundo se pierden en el aire.

El epílogo de aquella Forqué deteriorada y excesiva jamás empañará los méritos de una carrera de casi cincuenta años. Pasará a la historia como una extraordinaria artista y una gran mujer, que es la forma en que todos sus compañeros de profesión la nombran.

Afortunadamente hay una gran distancia entre la triste marcha de Verónica Forqué y los ojos llorosos de Chanel. Pero hablamos de un mismo sufrimiento.

Sucede que en las redes sociales hay una patente de corso. El axioma que se ha tomado como válido es que "a Twitter venimos a putear". El gobierno hace tal cosa: Nos posicionamos, nos dividimos a partes iguales entre el gobierno está bien y el gobierno es un cabrón. En esta tierra de pasiones que es España, nos enzarzamos por la política, por los toros, por las vacunas, por si la pizza lleva o no piña, y por un Madrid-Barcelona. Las dos posturas se exponen con argumentos más o menos afortunados, y a rajarnos entre nosotros, pero casi nadie tiene el valor de hacerlo a cara descubierta.

A Chanel la están humillando personas que hasta hace una semana ni sabían del Benidorm Fest, solo porque no ganó la canción que querían. Pensemos: ¿Algo de todo esto es racional? El problema no es que yo sea más o menos crítico en mis comentarios PRIVADOS en un chat, sino que los diga abiertamente y me sume con toda mi alegría al linchamiento del que se hace objeto a una persona que jamás va a poder defenderse de semejantes ataques.

Miryam Benedited, otra linchada. Las hordas la han tomado con ella porque coincidió unos días con la ganadora en un programa de televisión y hay fotos del momento, hasta el punto de amenazarla de muerte tanto a ella como a sus hijos. Conozco un caso idéntico al suyo: A cierta persona a quien tengo la suerte de conocer y con quien trabajé durante años, por un simplón comentario malinterpretado de cuatro palabras fuera de lugar, un día a una hora determinada, le cayeron encima decenas de miles de anónimos en las redes sociales que la llamaban de puta para arriba y le desearon la muerte a ella, a su familia, a su hijo. Todavía hoy lo hacen siempre que tienen ocasión. Ella lo pasó verdaderamente mal, estuvo semanas hundida. Ese es un caso que yo conozco con nombre y apellidos. Una persona sola ante el peligro.

Apenas se pudo llevar a juicio a un tipo que amenazó de muerte a su familia, como le ha pasado a Miryam o, más recientemente, a Candela Peña con una acosadora. A un sinvergüenza de entre miles y miles de anónimos que destruyeron su imagen pública y su consideración como persona. El problema es que hoy insultar y degradar a alguien en Twitter en unos segundos es absolutamente gratis y la única consecuencia es que te cierren la cuenta y que te pongan una multa, ya ves tú.

Volviendo a Chanel y a Eurovisión en general... Ha pasado una semana y la polémica no hace más que engordar, robando la ilusión a una persona cuyo único pecado ha sido ganar un concurso CUYAS BASES SE CONOCÍAN DE ANTEMANO. Nunca lo había visto así, pero este año por fin voy entendiendo a quienes sostienen que ningún artista consagrado va a querer ser parte de todo este circo, cuando el resultado conlleva someterse al martirio que España tiene preparado hacia quienes osan presentarse al proceso de selección del representante de su televisión pública para Eurovisión.

Qué puedo decir yo si esta es una simple opinión: Opinemos siempre. Y discrepemos.

¿No te gusta Chanel? No cierres filas con ella si no quieres, no pasa nada. A mí no me gustó, ni me gustará, la canción de El Sueño de Morfeo, ni la de Manel Navarro, ni la de Miki, ni la de Edurne... La lista de canciones que ha llevado RTVE que no me han gustado es bastante más larga que las que sí me han gustado. Yo soy una persona muy crítica y nadie tiene el derecho a pedirme que me sume a una candidatura que no me gusta, es muy probable que no me saque una foto con el artista y no tengo el más mínimo sentimiento de rebaño como para apoyar aquello en lo que no creo.

Pero lo mínimo es respetar. Un respeto a la artista y a su equipo. Un respeto hacia la mujer.

Todavía hoy, casi diez años después, sigue habiendo gente que no ha cerrado página y sigue erre que erre con el cansino Ruth Lorenzo-Brequette. Ya está bien. Si Rigoberta Bandini y Tanxugueiras dieron por terminado el asunto el mismo día, que los supuestos fans, los medios de comunicación y hasta los sindicatos sigan mareando hasta el hastío con lo mismo no tiene ningún sentido.

No soy quién para dar consejos a nadie, pero me veo en la obligación de hacerlo: Aprender a gestionar la frustración es la mejor manera de crecer.

Hay tres cosas que podemos hacer si queremos realmente encontrar una solución a todo esto.
La primera, terminemos el eurodrama, por favor, que finalice el linchanelamiento y que la ganadora del Benidorm Fest pueda saborear su triunfo como merece.

La segunda, si tanto le gustan a usted los trece artistas que se quedaron en el camino y no van a ir a Turín 2022 a representarnos, haga lo que tiene que hacer todo aficionado al arte que se precie: Vaya a sus conciertos y compre su música. Es el mejor favor que le puede hacer. El único.

Y la tercera, si de verdad usted tiene certeza de alguna manipulación que la Justicia deba investigar en el proceso de selección que ha puesto en marcha RTVE y no puede dormir por las noches porque ha encontrado un documento que contiene la verdad irrefutable en el asunto, de corazón le digo que tire palante, presente sus pruebas y llegue hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si hace falta. En caso contrario, las redes sociales solo sirven para cacarear.

Para acabar, ya que hablamos de RTVE, mi más sincera enhorabuena: Benidorm Fest ha sido un rotundo éxito, los primeros pasos del camino que tenemos que seguir. Gracias por haber devuelto la ilusión incluso a quienes no lo teníamos del todo claro. El año que viene más y mejor.


Volver a la Portada de Logo Paperblog