Lo de Venus

Tranquilos, que no vengo a decir que hay vida en Venus. Ni siquiera hay fosfano (o fosfina), así que se ha liado un poco parda con el tema. Resulta que analizar los datos no es tarea sencilla. Tiene mucha miga y resulta sumamente complejo. Por eso, antes de lanzarse a hacer afirmaciones sobre el descubrimiento de una molécula en un sitio como la atmósfera de Venus, se revisa y se requeterevisa todo. Pero, como humanos que somos, hay margen para el error.

Porque la ciencia es así: se construye sobre aciertos, pero también sobre errores. Y debe ser honesta. Por eso, al revisar de nuevo los datos, los propios autores (y otros que revisaron los mismos datos) acabaron confirmando que no, que no parecía que hubiese fosfano en la atmósfera de Venus, tal y como se había afirmado en un principio.

La cuestión de si es un biomarcador o no sigue abierta, ya que el fosfano (PH3) se genera principalmente por procesos biológicos, pero también por otro tipo de procesos que no necesariamente implican la presencia de vida (aquí el susto vino porque la cantidad presuntamente detectada era mucha y eso implicaba casi seguro que algún bicho podía estar produciéndola... lo que luego se ha desmentido). De ahí que algunos tituláridos (titulares poco serios, como la palabra indica) hayan hecho afirmaciones como "hay vida en Venus". De todos modos, de haberla, sería microbiana (y dirán, ¿te parece poco? Es que yo, a estas alturas del 2020, ya solo espero que aterricen en naves y nos digan algo así como "mira la que habéis liao").

Parece que nos hemos quedado sin fosfano en Venus, pero ¿y el ratico de aprender que así es la ciencia y que estas cosas pasan? Lo siguiente es conseguir más datos, más precisos, y confirmar o no esta información. Venus va a seguir igual de hermosa. Aunque no podamos ir en barco hasta allí. 🙂