Los aztecas

El arte Azteca se caracteriza por su monumentalidad y por la expresión a través de él de la religiosidad que impregnaba toda la vida.
Uno de los grandes testimonios de la arquitectura de Méjico precolombino es Teotihuacan en el valle de Méjico en una época un pantano lacustre, hoy casi completamente seco.

PIRAMIDE DEL SOL

En tiempos de la monarquía guerrera azteca, los edificios sagrados y las moradas de los artesanos de los alrededores estaban reducidos a ruinas desde hacía ya varios siglos, pero eran lugares de oración y de sacrificio; sobre todas las demás construcciones sobresale la pirámide dedicada al Sol, un edificio que por su estructura escalonada recuerda a la pirámide de Saqqara. Tiene una altura de 80 metros, que no guarda nada en su interior, ninguna tumba o tesoro, puede considerarse como una construcción para el templo, como un escenario de cruentas acciones rituales.
Durante el reinado de Moctezuma, el último soberano azteca antes de la llegada de los españoles, se celebraban sacrificios en los que se inmolaban de diez a doce mil corazones de prisioneros para dar fuerza al dios " señor de nuestra carne" y asegurar el eterno curso del sol.
La fe en la creencia de que los sacrificios otorgan a los hombres el favor de los dioses era muy antigua y estaba muy difundida en América Central, si bien no llegaba a los excesos de los Aztecas.
En contraposición a los espantosos relatos que hablan de terribles sacrificios, se encuentran los escritos que hacen referencia a la afabilidad y cortesía del pueblo Azteca, su amor por las flores, los perfumes y las plumas variopintas y su pasión por el juego ritual de la pelota, que requería un riguroso adiestramiento.
Una pelota de caucho debía pasar a través de un aro de piedra sujeto en un muro, los jugadores sólo podían lanzarla con la frente o con la pala. Casi todos los lugares disponían de zonas adoquinadas y rodeadas de muros para jugar a la pelota.
Poseían un sistema numérico capa de corregir su propio calendario con el curso de las estrellas, pero no consiguieron trasladar sus conocimientos geométricos al campo de la estática y de la mecánica, por eso sus edificios tienen formas cúbicas, masivas y pesadas, no conocían la rueda, la árgana ,la polea o el gato y debían transportar y elevar todos los pesos. También desconocían el arco, la bóveda e incluso la falsa cúpula, la arquitectura del antiguo Méjico se caracteriza por las masas de piedra y los muros de espesor desmesurado, no hay un sólo vestigio de ligereza.
En cuanto a las composiciones figurativas tenían especial predilección por los lisiados y los acróbatas, en la creencia como en otros lugares de que los jorobados daban suerte.
Se sabe muy poco de la vida cotidiana de los hombres que sin duda trabajarían en la formación de las gigantescas construcciones. Cerca de Teotihuacan y en las proximidades de otros centros (Monte Albán, Chichen Itzá, Tikal) existían auténticos asentamientos de artesanos, que se pueden considerar ciudades de  pequeña y mediana envergadura, a cuyo aprovisionamiento debían contribuir los campesinos de los alrededores. Según el "Codex Mendoza", los artesanos no eran esclavos ni miserables, sino que gozaban de una gran reputación, sin embargo no se ha transmitido ningún nombre. 
IMÁGENES