Revista Educación

Los celos duelen

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Los celos duelen

Sí, los celos son un delirio y un disparador creativo. Creo que es lo que me ha querido contar el escritor israelí David Grossman con su novela corta Delirio. Nunca había leído nada de este autor pero esta obra me ha lanzado un dardo, me ha herido casi físicamente. Porque he sufrido escuchando a ese marido que protagoniza el libro y que le cuenta a su cuñada, con la que nunca se ha entendido, cómo su mujer lleva una década engañándolo con otro. Me han dolido las reflexiones de esa mujer que, sentada al volante, oye a su cuñado asombrada y termina, tras un largo viaje, por pensar en su propia vida conyugal.

El celoso ve pistas de traición en cualquier trozo de casualidad inocente. Las pruebas que advierte del engaño ni siquiera tienen que ser reales, es más, casi siempre forman parte de un universo paralelo e imaginario que alimenta con sus propios miedos e inseguridades. La duda, una baja autoestima, la frustración se combinan para crear un quiste que se vuelve maligno a base de silencio, desconfianza y posesión. Los celos duelen a todos, a quien los padece, al objeto del padecimiento, a los lectores que lean este Delirio y seguro que a su escritor, que, al menos al final de la última edición que publicó Lumen, también se confiesa.

Los celos duelen

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