Revista Cultura y Ocio

Los monstruos (sin comas)

Por Julio Alejandre @JAC_alejandre

Pero aún no aún tienes un soplo de tiempo para sentir que el corazón bombea muy deprisa mucho la sangre que se va a derramar pom pom pom notas sus latidos en las venas de las sienes todo el cuerpo late con cada sístole y cada diástole tiempo para sentir que estás sudando no por el sol ni el trabajo es un sudor incontrolado de piel pálida y fría que te hace perder la serenidad que buscabas un sudor nauseabundo que se filtra desde el mismo centro de tu cuerpo y te afloja los huesos y las vísceras y huele a podrido terminal de fin del viaje que te ha conducido hasta aquí sólo hasta aquí porque el mismo dedo es decir el índice por cuya mediación murieron tus muertos aquellos que nada tienen que ver con la arista de metal que muerde tu cuero cabelludo aunque sí con el equilibrio que cierra los círculos ese otro dedo índice recorre ya los tres centímetros escasos que separan la vida de la muerte a lo largo de un infinitesimal momento en el que recuerdas las manos de tu madre acariciándote la cabeza protegiéndote de la oscuridad y de los monstruos sus cálidas manos que no pueden protegerte de estos que te acosan jalando para atrás de la pestaña de metal del gatillo hasta llegar a un punto en que se tensa ligerísimamente antes de soltar el trallazoquesellevatuvida.


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