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Los problemas de salud mental tienen un costo adicional sobre la función cognitiva

Por Davidsaparicio @Psyciencia

Todos los trastornos mentales tienen un costo oculto en forma de disfunción cognitiva. Este costo incluye déficits en la memoria, atención, funciones ejecutivas y velocidad de procesamiento, según los hallazgos de un metanálisis reciente (Abramovitch et al., 2021).

Los autores han denominado a este fenómeno, este precio cognitivo, como “El Factor C”, una abreviatura de disfunción cognitiva; y puede ser definido como rendimiento más bajo en las pruebas cognitivas o reducción en las capacidades cognitivas como la atención y la memoria. Este análisis sugiere que se puede encontrar en todos los trastornos y que constituye una parte integral de una salud mental deteriorada (Eaton et al., 2015).

Qué metodología usaron

El equipo de investigación analizó datos de todos los metanálisis y revisiones sistemáticas existentes sobre la función cognitiva en todos los trastornos reconocidos por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Se incluyeron 97 metanálisis que cubrían 29 trastornos. En general, el estudio incorporó datos de más de 200.000 personas.

Por qué es importante

La frecuencia de los trastornos mentales es creciente en el mundo entero, particularmente en adultos jóvenes y adolescentes. Incluso antes de la pandemia, 1 de cada 5 estadounidenses padecía un trastorno mental (Mental Health By the Numbers, s. f.).

El estudio más completo hasta la fecha que examina la prevalencia mundial de los trastornos mentales proyectó que el 55 % de los estadounidenses cumplirán los criterios de al menos un trastorno mental a lo largo de su vida (Kessler et al., 2007). En particular, ese estudio, que se realizó hace 15 años, examinó los trastornos diagnosticables. Pero, de hecho, la prevalencia de experiencia a lo largo de la vida de síntomas clínicamente significativos en la población general es mucho mayor. Por ejemplo, un estudio encontró que aunque solo alrededor del 20% de los estadounidenses cumplirán los criterios formales para el trastorno depresivo mayor en su vida, el 62% de los estadounidenses experimentarán síntomas significativos de depresión (Kessler & Bromet, 2013).

Los hallazgos del presente metanálisis demuestran que una salud mental más deficiente se asocia con al menos cierto grado de disfunción cognitiva, por lo que este tipo de deficiencia puede ser mucho más común de lo que se pensaba anteriormente.

Estos hallazgos son importantes porque algunos trastornos mentales pueden diagnosticarse erróneamente en función de la disfunción cognitiva. Por ejemplo, se debe esperar que un estudiante universitario que lucha contra el trastorno obsesivo-compulsivo tenga algunas dificultades en áreas como la concentración, la organización, el manejo del tiempo y la memoria. Sin embargo, en tal caso, estos desafíos cognitivos no provienen de condiciones como la dislexia o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, sino del TOC (Abramovitch et al., 2013). Esta posible confusión puede conducir a un diagnóstico erróneo.

De hecho, el TDAH, un trastorno caracterizado por déficits en las funciones ejecutivas, es uno de los trastornos más mal diagnosticados en todos los grupos de edad (Pre-Collegiate Global Health Review, 2021). Alrededor del 20% de los jóvenes diagnosticados con TDAH y que reciben medicamentos reciben un diagnóstico incorrecto (Elder, 2010). Además, existe evidencia de que los médicos prescriben con demasiada facilidad medicamentos estimulantes para los síntomas de falta de atención, incluso sin un diagnóstico completo o formal de TDAH (Epstein et al., 2014).

Por lo tanto, la falta de conocimiento sobre las disfunciones cognitivas asociadas con el TOC en el ejemplo anterior podría conducir a un tratamiento inadecuado. De hecho, la medicación estimulante puede aumentar la irritabilidad y la ansiedad y exacerbar la disfunción cognitiva en tales individuos (Stuckelman et al., 2017). Por lo tanto, es crucial que los profesionales de la salud mental obtengan una mejor comprensión del modo en que la salud mental y la disfunción cognitiva van de la mano, particularmente en el contexto de la mala interpretación de los síntomas cognitivos.

Lo que aún no sabemos

Del estudio surgen dos preguntas principales: primero, ¿por qué cualquier problema importante de salud mental tiene un costo en forma de disfunción cognitiva? Eso parece sorprendente dado que varios trastornos de salud mental difieren significativamente en términos de síntomas y tipo de intervenciones. 

En segundo lugar, ¿cuál es el mecanismo real que subyace a este fenómeno? Por ejemplo, si encontramos que el sufrimiento general es común a todos los trastornos mentales, ¿cuál es el mecanismo específico por el cual el sufrimiento dificulta el desempeño en las pruebas cognitivas? Se necesita más investigación para examinar estas preguntas.

Referencias bibliográficas:

  • Abramovitch, A., Dar, R., Mittelman, A., Schweigerd, A. Don’t judge a book by its cover: ADHD-like symptoms in obsessive compulsive disorder. (2013). Journal of obsessive-compulsive and related disorders, 2(1), 53-61. https://doi.org/10.1016/j.jocrd.2012.09.001
  • Abramovitch, A., Short, T., & Schweiger, A. (2021). The C Factor: Cognitive dysfunction as a transdiagnostic dimension in psychopathology. En Clinical Psychology Review (Vol. 86, p. 102007). https://doi.org/10.1016/j.cpr.2021.102007
  • Eaton, N. R., Rodriguez-Seijas, C., Carragher, N., & Krueger, R. F. (2015). Transdiagnostic factors of psychopathology and substance use disorders: a review. Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, 50(2), 171-182. https://doi.org/10.1007/s00127-014-1001-2
  • Elder, T. E. The importance of relative standards in ADHD diagnoses: Evidence based on exact birth dates. (2010). Journal of health economics, 29(5), 641-656. https://doi.org/10.1016/j.jhealeco.2010.06.003
  • Epstein, J. N., Kelleher, K. J., Baum, R., Brinkman, W. B., Peugh, J., Gardner, W., Lichtenstein, P., & Langberg, J. (2014). Variability in ADHD care in community-based pediatrics. Pediatrics, 134(6), 1136-1143. https://doi.org/10.1542/peds.2014-1500
  • Kessler, R. C., Angermeyer, M., Anthony, J. C., DE Graaf, R., Demyttenaere, K., Gasquet, I., DE Girolamo, G., Gluzman, S., Gureje, O., Haro, J. M., Kawakami, N., Karam, A., Levinson, D., Me, M. M., Ma, O. B., Posada-Villa, J., Stein, D. J., Ch, A. T., Aguilar-Gaxiola, S., … Ustün, T. B. (2007). Lifetime prevalence and age-of-onset distributions of mental disorders in the World Health Organization’s World Mental Health Survey Initiative. World psychiatry: official journal of the World Psychiatric Association , 6(3). https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18188442/
  • Kessler, R. C., & Bromet, E. J. (2013). The Epidemiology of Depression Across Cultures. En Annual Review of Public Health (Vol. 34, Número 1, pp. 119-138). https://doi.org/10.1146/annurev-publhealth-031912-114409
  • Mental Health By the Numbers. (s. f.). Recuperado 23 de abril de 2022, de https://www.nami.org/mhstats#
  • Pre-Collegiate Global Health Review. (2021, agosto 12). The Global Misdiagnosis of ADHD and the Devastating Long-Term Effects. PGHR. https://www.pghr.org/post/the-global-misdiagnosis-of-adhd-and-the-devastating-long-term-effects
  • Stuckelman, Z. D., Mulqueen, J. M., Ferracioli-Oda, E., Cohen, S. C., Coughlin, C. G., Leckman, J. F., & Bloch, M. H. (2017). Risk of Irritability With Psychostimulant Treatment in Children With ADHD: A Meta-Analysis. The Journal of Clinical Psychiatry, 78(6), e648-e655. https://doi.org/10.4088/JCP.15r10601

Fuente: The Conversation


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