Revista Cine

Los tatuajes de mi abuela

Publicado el 01 mayo 2013 por Siempreenmedio @Siempreblog

Cuando mi  abuela falleció, hace dos semanas, nos enteramos que tenía más años de los que creíamos y que había nacido un día que no se correspondía con aquel en que celebrábamos su cumpleaños. Pero también descubrimos cosas más importantes, muchas de ellas desconocidas para la familia hasta entonces, propias de su origen armenio.

Hasta el momento no había mostrado demasiado interés por los orígenes de mis abuelos paternos, emigrantes de Siria y Armenia cuando comenzó el genocidio, en 1915,  en el que desaparecieron más de un millón de armenios y que aún Turquía se niega a reconocer.

grandmas tattoos

Motivada por el carácter huraño de su abuela,  un ser misterioso que llevaba guantes de forma permanente y que transmitía miedo y distancia en lugar de esa ternura propia de los mayores de la familia, la periodista y directora Suzanne Khardalian en su documental Los tatuajes de mi abuela, rescata del olvido a aquellas mujeres armenias sobrevivientes que fueron violadas por los turnos y obligadas a vivir como prostitutas en los harenes, donde las marcaban por todo el cuerpo.

Uno de estos lugares eran los dedos de las manos. Ahí descubrió uno de los grandes secretos de su abuela, una mujer que pese a haber tenido hijos y nietos, le habían arrancado el alma y que llevaba guantes de forma permanente para que nadie supiera el motivo de su dolor y su gran vergüenza.

Khardalian cree que este documental es apenas la punta del iceberg de un pacto de silencio colectivo que recién ahora empieza a desaparecer pero que todavía tiene muchos pliegues ocultos.

Seguramente mi abuela también sabía muchas cosas y nunca las contó, quizás por el dolor que le causaba. Siempre conservó cada una de las costumbres, una forma de no perder sus orígenes, y hasta último momento, cuando quería decirle algo a mi padre sin que el resto de los presentes lo supiera, lo hacía en su idioma de nacimiento, un dialecto entre el armenio y el turco, que hablaba a la perfección.

El mismo día en que falleció llamaron del Centro Armenio de Rosario, en Argentina, para comunicarnos que la iban a nombrar en un acto con motivo de 98º aniversario del genocidio armenio por ser la mujer armenia más longeva de la ciudad. Aunque tarde, tuvo su pequeño pero gran homenaje.

Aquí les dejo un avance del documental

 


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