Revista Música

Maga en Valladolid (o cómo despegar sin dejar de tocar el suelo)

Publicado el 25 marzo 2017 por Germanpri

Germán Prieto Guerra

Bienvenidos a Maga, la historia de un grupo onírico que evocan a los mares de Cádiz, las calles de Sevilla que un día también pueden volverse tristes, o la Generación del 29 y las ruinas del edificio de Vicente Aleixandre. Todo ello sin casi moverse del sitio —resulta difícil no balancearse con los ritmos y la voz tan característica de Miguel y compañía—, que esta vez era la céntrica sala Black Pearl vallisoletana. Sin moverse, pero levitando. Porque es imposible no evadirse del mundo, del frío, de las calles desiertas y de la noche que aquel 24 de marzo daban la bienvenida si tenemos delante a Maga.

Diecisiete años avalan la trayectoria de uno de los máximos exponentes de aquel término cada día más difuso llamado indie, dos les quedan para llegar al título de su canción más reconocida, Diecinueve, y con la que cerraban un concierto que habían inaugurado hora y media antes con Domingo, tema con el que también comienzan Salto Horizontal, nuevo LP que les ha llevado a hacer parada en Valladolid tras seis años de silencio. Silencio, como otro de los hits que no faltan nunca en el repertorio. O como el acústico de Una Piel de Astacán, el inicio de todo y la historia del nombre de la banda sevillana.

Entre medias de este viaje, donde Miguel Rivera baja y se pasea por todos nosotros, cruzamos el Báltico nadando a mariposa en un Agosto Esquimal como contraposición al calor de dentro y el frío de fuera. Y sin dejar atrás un repaso generoso por el nuevo disco, no faltan clásicos como Astrolabio o Sal y otras historias. Y, aunque seamos poco más de cien personas, nada falta en el reino de Maga.

Y si me dejan huir, descalzo y de puntillas, volveré.

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