Revista Salud y Bienestar

Mirando a lo lejos…

Por Maruquita

Mirando a lo lejos…No siempre que se mira a lo lejos se mira hacia el futuro, la mayoría de las veces se mira hacia la nada y en ocasiones se mira hacia el pasado.

Con el pasar de los años he aprendido a darle cierto significado a las tardes de invierno.  En un país tropical como Puerto Rico, los cambios de temporada en temporada son casi inexistentes.  Pero creo que uno aprende a valorar lo que por mucho tiempo disfruta, y las tardes de navidad para mi tienen un valor especial.  Creo que heredado, pues mi madre es fanática de ellas y mi Mother las disfrutaba a plenitud.

El sentarse en un banquito o en el balón a mirar a lo lejos en las tardes de invierno fue algo que por muchos años vi hacer.  El escuchar a mi madre decir: “está linda la tarde, parece una tarde de navidad”, es algo que no dejo de escuchar.

Las tardes de mirar a lo lejos, las tardes de navidad son tardes claras, con el cielo muy azul, la mayoría de las veces con una brisa fría, agradable.  con un sol que no quema.  Tardes calladas, como si el tiempo se detuviera.  tardes que invitan a sentir el frio del terreno, a estar descalzos.  Tardes que se convierten en noches para una taza de chocolate o café.  Tardes maravillosas, en donde el mirar a lo lejos se hace compulsorio.

Estas tardes, en mi nueva etapa de vida, me llenan de paz, de alegría con la vida.  También me llenan de nostalgia, pero una nostalgia agradecida.  Mirando a lo lejos veo a Mother sentada en el balcón de su casa, posiblemente con un canasto lleno de gandules para limpiar, con la brisa rozando su cara y en su voz el suave tarareo de una canción.  Mirando a lo lejos veo a Mami sentada, con sus ojos inquietos buscando que hacer, cantando.  Mirando a los lejos veo a Papi dormitando en un sillón, agradecido por la brisa que le refresca el sueño.

Mirando a lo lejos me veo a mi, en el pasado y en el futuro.  Disfrutando de las tardes de navidad, observando lo que se me ha dado y tratando de aprender de lo que se me niega.  Mirando a lo lejos busco las respuestas a preguntas y sucesos que no entiendo.  Mirando a lo lejos agradezco al cielo que los remedios aprendidos me han ayudado a vivir, agradecer y trabajar para conseguir la plenitud.

Mirando a lo lejos veo lo pasado, lo dichoso que fue.  Lo mucho que he disfrutado y valorado las tardes de invierno, pero también mirando a lo lejos veo que el futuro se construye tal y como me enseñaron con sacrificio, con sudor, a veces hasta con lágrimas y que esas tardes de navidad me llenan de una energía particular que sólo tres entendemos.

Mirando a lo lejos…

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